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Ramirás, el pueblo donde siempre ganan los López

El PP consolida uno de sus feudos desde el franquismo por las disputas entre PSOE y BNG

Cuarenta años no son nada. No lo son para Pilar Otilia López, la alcaldesa de Ramirás que, cumplidos los 75, ha vuelto a validar para el PP la alcaldía del pequeño municipio ourensano que en 1975 heredó de su hermano, a cuyo favor había testado ya antes el progenitor de ambos (con los gobernadores civiles de la dictadura mediante). A los López de Ramirás el franquismo les dio un poder municipal de tal indisolubilidad que ni siquiera la aritmética democrática ha sido capaz de profanar.

La alcaldesa preconstitucional a la que los vecinos de su pueblo (un censo de 1.600 habitantes) arrebataron el pasado 24 de mayo la mayoría absoluta por primer vez en 40 años, seguirá mandando cuatro más, aunque lo haga desde la sombra: ha dejado paso al número dos de su lista para poder mantener el feudo. La veterana alcaldesa renuncia al bastón de mando pero afianza para el PP la alcaldía mientras deja abierta la línea sucesoria familiar: incluyó a su sobrino en el número tres de lista y con su paso atrás lo deja situado de teniente de alcalde, dispuesto a perpetuar en breve un poco más el árbol genealógico familiar.

Más de medio siglo después de gobierno de los López en Ramirás, la izquierda de PSOE y BNG no ha conseguido ponerse de acuerdo para gobernar. El único concejal electo nacionalista, Marcos Meléndez, optó por propiciar el gobierno de los López antes que apoyar a la candidata socialista, Isabel Gil. Esta, que empató a cuatro concejales con la longeva representante dinástica de los López, al frente de la lista más votada, optó por dejar que gobierne el PP antes que someterse a la inmolación que le reclamaba el BNG. El edil nacionalista interpretó que con "el papel de llave" que le concedieron los votantes podía exigir la renuncia de la socialista -cabeza de lista del propio BNG en ese municipio en 2003- para sellar el pacto. El PSOE consideró sin embargo que los vecinos reclamaban un "histórico cambio democrático" y ofrecieron al edil del BNG la tenencia de alcaldía con Gil en la presidencia.

La imposibilidad del acuerdo entre PSOE y BNG tiene más que ver con rupturas emocionales que de programa. Socialistas y nacionalistas se han hartado de denunciar, incluso en los juzgados, el "caciquismo" de la alcaldesa a perpetuidad. Pero para el BNG, la candidata del PSOE es una tránsfuga. Gil, que se define "socialista de cuna", aceptó en 2003 encabezar la lista del Bloque Nacionalista Galego en Ramirás. Entonces el BNG tenía dos concejales (Meléndez y el marido de la propia Gil, que fue edil por la formación frentista durante 12 años). Con ella encabezando la lista del BNG los nacionalistas pasaron de dos a cinco concejales frente a seis del PP y ninguno del PSOE.

Gil finalizó aquella legislatura "acatando en todo momento la disciplina del BNG", y abandonó estas siglas por las del PSOE cuando el Bloque hizo aguas y se diluyó en mil pedazos. Por eso no se considera tránsfuga. "Es inaudito que tras 40 años de gobiernos antidemocráticos del PP, no permitan el cambio", protestan a coro, cruzándose la acusación, socialistas y nacionalistas. En Ramirás siempre ganan los López. Aunque pierdan.

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