Junqueras tensa la negociación con Colau al pedir que apoye la secesión

El presidente de Esquerra irrumpió ayer en la negociación que mantiene su partido y la futura alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para lanzar una exigencia de un calibre inédito hasta ahora. En unas declaraciones en Catalunya Ràdio, Oriol Junqueras tensó la negociación al reclamar a Colau su adhesión a la hoja de ruta independentista como condición para apoyar a su gobierno municipal, ya sea de forma puntual o entrando en el Ejecutivo. Junqueras sorprendió con su exigencia a su propio partido y a los miembros de la candidatura Barcelona en Comú que habían pactado no negociar ayer al ser día festivo.

BComú es una alianza integrada por formaciones como Iniciativa per Catalunya o Podemos, partidarios del derecho a decidir pero no alineados con el independentismo. Oriol Junqueras afirmó que es muy difícil reeditar con BComú un tripartito como el que gobernó siete años en la Generalitat (integrado por el Partit dels Socialistes, Esquerra e Iniciativa) porque los socialistas están muy alejados del independentismo.

La formación que lidera Ada Colau ganó las elecciones municipales con 11 concejales, lejos de los 21 en los que está fijada la mayoría absoluta en el pleno del Ayuntamiento de Barcelona (41 ediles). Esquerra obtuvo cinco y los socialistas, con quien también negocia BComú, cuatro. A diferencia de los republicanos, las exigencias del grupo socialista liderado por Jaume Collboni están más relacionadas con las señales de solidez en el capítulo económico.

La exigencia de Junqueras a primera hora de la mañana de ayer pilló por sorpresa incluso al candidato de su partido, Alfred Bosch, que hasta ahora, al menos en público, había pedido a Colau gestos de apoyo al independentismo pero sin entrar en detalles. La adhesión a la hoja de ruta que exihe Junqueras cuenta con el sello de la Asamblea Nacional Catalana y la firma de Convergència y ERC. El documento establece que en el caso de que las fuerzas soberanistas venzan el 27-S se seguirá un proceso que podría culminar en la declaración de independencia en un plazo de 18 meses.

Colau no se cansa de responder que no es independentista ni nacionalista pero que, pese a ello, votó sí-sí en la consulta alternativa del 9-N por asumir que existe una situación de bloqueo con el Estado. “Entendemos que el modelo actual está agotado y que es necesario un proceso constituyente. Un proceso de este tipo puede ser una forma de conseguir más y mejor democracia sin que esto signifique romper con el Estado”, declaró en una entrevista publicada en EL PAÍS.

La exigencia de Junqueras no tuvo ayer respuesta por parte de Barcelona en Comú, cuyos negociadores ya se han visto con los de ERC en dos ocasiones. Ambas formaciones coinciden en aspectos sociales y económicos de sus programas, pero discrepan en la cuestión independentista. La sorpresa también se explica porque era una jornada de fiesta local en Barcelona y los equipos de los candidatos habían acordado descansar durante el puente y tras la intensa campaña.

BComú aguarda el desenlace de las negociaciones con ERC y el PSC pero anoche ya reveló que la CUP no se sumará a un Gobierno municipal. La plataforma anticapitalista no lo anunció oficialmente aunque el diputado David Fernández insinuó por la mañana que apoyarán externamente a Colau en cuestiones puntuales. Las diferencias entre los dos partidos se visualizarán hoy. A las 9.45 de hoy, se firmará en el Ayuntamiento la petición de renovación del contrato del Mobile World Congress para prorrogarlo de 2018 a 2023. Al acto asistirá Colau y el resto de los grupos municipales. La CUP no participará en el evento.

En un comunicado, la formación sostuvo que el documento compromete al Ayuntamiento y al resto de firmantes a la prolongación de un contrato “entre mandatos” y sin posibilidad de hacer un debate previo sobre “el modelo del congreso que hemos reclamado desde un inicio”. La CUP advirtió que la petición prevé obligaciones de la Generalitat y el Ayuntamiento respecto a la Línea 9 del Metro, el aumento de plazas hoteleras, la cesión gratuita de espacios de Fira de Barcelona o la creación de una zona restringida de seguridad VIP en el entorno del Hotel Arts. La izquierda independentista radical interpreta que la firma contraviene, en su espíritu y en su literalidad, el Compromiso de las Escaleras firmado por sus concejales. El acuerdo, dicen, implica “renovar y prolongar un contrato con GSMA, espacio donde Telefonía-Movistar tiene participación directa y enormes intereses económicos”.