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ENRIQUE TIERNO Presidente del Ateneo de Madrid

“Los leales a la ética serán reconocidos, como mi padre”

El nuevo responsable de la institución cultural ve el surgimiento de nuevos partidos como algo necesario

Enrique Tierno Pérez-Relaño, en su domicilio.
Enrique Tierno Pérez-Relaño, en su domicilio.carlos rosillo

Enrique Tierno Pérez Relaño tiene 68 años. Acaba de conseguir una de las metas de su vida, la presidencia del Ateneo de Madrid, decano de las instituciones culturales madrileñas. Es hijo de Enrique Tierno Galván, el Viejo Profesor, que fue primer alcalde democrático de Madrid entre 1979 y 1986, año en que falleció y se convirtió en un mito para la izquierda madrileña. De hecho, algunos candidatos se han acercado a su figura durante las elecciones para ganar votos.

Provisto de una útil visión de conjunto sobre la política, de la cual, aplicándose el understatement de los anglosajones, esa autolimitación cortés, asegura “saber muy poco”, tiene criterio y lo esgrime con desenvoltura. Tuvo cercanas y excelentes referencias para configurarlo.

Afán por el saber

Familia. Único vástago de Encarna Pérez Relaño y de Enrique Tierno Galván. Casado con Karen Faber, doctora en Matemáticas y fotógrafa medioambiental.

Vida profesional. Doctor en Ciencias Físicas, Matemáticas y Economía en las universidades Complutense, Princeton (EE UU), Essex (Inglaterra) y Giessen (Alemania). Ha trabajado en el sector financiero y en el energético-petrolero.

Vida académica. Miembro de la Real Academia de Doctores.

A la pregunta de qué le enseñó su padre, Enrique Tierno Galván, sobre el mundo de la política, responde: “Creo que, explícitamente, no me enseñó nada, pero me dejó su ejemplo. Cuando me movía en mis mundos petrolero y financiero, jamás intentó llevarme a la política. Eso sí, siempre me recomendó que defendiera mis ideas como un complemento de la actividad social, pero nunca como algo a tiempo completo. Junto con mi madre, siempre me dio enorme libertad para tirar hacia donde quisiera”.

A la hora de calificar de cero a diez a la clase política madrileña, pide puntualizar y responde con otra pregunta: “¿A qué parte de ella? Porque, entre la que está en candelero, esa que cambia como una veleta y un día se enfrenta y al otro se alía con los frentes populares que esa misma parte define, a esa clase desnortada con desnortadas políticas, para no ponerle un cero —cualquier profesor se avergonzaría de calificarla así— le pondría un uno. Por el contrario, al sector de la clase política que está buscando un norte digno, le pondría un ocho; y veremos los resultados que consiguen para ponerles un diez”.

Al preguntarle sobre quién o quiénes cree que entre los políticos varones y hembras hoy en liza se asemeja más a la figura de su padre, responde con un significativo “¡Uf...!”. “Es muy difícil determinarlo”, dice. “Hay personas que encarnan mucho mejor algunas de las ideas de mi padre, como nuestra querida juez [Manuela Carmena], por esa forma quijotesca de lidiar con los asuntos que aborda, de lo cual se ha percatado casi todo el mundo”. Y agrega: “En otros líderes, el profesor universitario que está dando la batalla por el Gobierno autonómico [Ángel Gabilondo] tiene una imagen también parecida a la de mi padre. En cuanto a los líderes de los partidos conservadores, no veo a nadie con rasgos parecidos. En los demás observo, a veces, maneras parecidas de enfocar algunos problemas pero, como seres humanos, solo veo a esos dos y, sin menosprecio a los demás, marco distancias”.

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“Necesitamos firmeza en los principios  para afrontar la corrupción”

A propósito de cómo contempla la emergencia de nuevos partidos, Tierno Pérez Relaño subraya: “Tal y como estaba la situación política, veo su surgimiento como algo necesario”. Cree asimismo que, al igual que el Viejo Profesor inauguró una moral pública en la vida política española, “hoy somos muchos los ciudadanos y las ciudadanas que estamos en ese intento, para lograr una regeneración del comportamiento político y ético que creo que conseguiremos. Tal vez es una confianza utópica, pero desde luego tengo la ilusión de lograrla”. Respecto a qué receta cabría aplicar para salir de la postración política, el vástago de Tierno Galván recomienda emularle “manteniendo firmeza en una moral de principios y en una ética del comportamiento como guía para afrontar la corrupción. Va siendo apremiante”, señala, “que la corrupción nunca más vuelva a surgir en generaciones venideras”. Y sentencia: “Contrariamente a quienes unos días tienen unos principios y al día siguiente tienen otros, aquellos que se mantengan fieles a los principios y a la ética en el comportamiento serán reconocidos, como lo fue mi padre”.

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