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Condenados a 22 años los hermanos que degollaron a una mujer hindú

La sentencia mantiene que el móvil del crimen fue la relación que uno de ellos mantenía con la víctima, su cuñada

Familiares y miembros de la comunidad sij de Olot.
Familiares y miembros de la comunidad sij de Olot.PERE DURÁN

La Audiencia de Girona ha condenado a veintidós años y seis meses de cárcel a los dos hermanos indios de religión sij de Olot que la semana pasada un jurado popular declaró culpables de haber degollado y apuñalado en diversas ocasiones a la mujer de uno de ellos el 24 de enero de 2012 en Olot (la Garrotxa). La sentencia, como mantenía la Fiscalía y dio por bueno el Tribunal popular, mantiene que el móvil del crimen sería la relación que Gurjeet Singh mantenía con la víctima, su cuñada.

La sentencia recoge el veredicto del jurado que consideró, por siete votos a dos, a Sodhi Ajit y Gurjeet Singh culpables del asesinato de Manpreet Kaur, con ensañamiento y alevosía, y además con el agravante de parentesco, ya que uno de ellos era su marido y el otro su cuñado. En virtud de este veredicto el fiscal, Víctor Pillado, solicitó el máximo de pena posible, 25 años y las defensas la mínima, veintidós años y medio, que ha sido lo que ha acabado imponiendo el tribunal gerundense.

El jurado, que no dio ninguna credibilidad al relato de los acusados que se declararon inocentes, consideró que los dos hermanos tuvieron tiempo de matar a la joven al salir de trabajar y antes de llamar a emergencias. Además, recogió en su veredicto que ambos clavaron sus navajas –símbolo de los Sij- en el cuerpo de la chica. La sentencia recoge que como dictaminaron los jurados, fue con alevosía, porque aprovecharon que dormía para sorprenderla y que no se pudiera defender y con ensañamiento, porqué al menos cuatro heridas de la docena que presentaba eran mortales.

Los informes de los peritos probaron la relación sexual de Gurjeet Singh con su cuñada, ya que se encontraron restos biológicos de él dentro del cuerpo de ella. Entre otras pruebas los jurados también basaron el veredicto en la salpicadura de gota de sangre de la víctima que el cuñado tenía en su sien, en que la ropa de ambos hombres estaba manchada de sangre, que apareció ADN de ella en ambas navajas o en la compatibilidad de la decena de heridas que Gurjeet presentaba en la cara y las manos con el intento de defensa de la joven.

La resolución de la sección tercera también recoge otro aspecto que fue destacado en el veredicto, que cuando los sanitarios del SEM llegaron al lugar del crimen, siete minutos después de la llamada, el cuerpo todavía estaba caliente. Algo que les sorprendió y les hizo pensar que había fallecido hacia poco.

El jurado descartó que una tercera persona fuera la autora del crimen, como apuntaban las defensas, porque consideraron probado que nadie forzó la puerta de entrada, ni había restos de nadie más. El desorden que presentaba el piso fue provocado, recoge el veredicto, por los dos acusados que intentaron simular un robo para esconder el crimen pasional. El jurado destacó que, curiosamente, el oratorio del marido, quedó intacto.

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La sentencia también condena a los dos procesados a indemnizar al hijo menor de la víctima con 251.000 euros.

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