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La quinta ópera de Hèctor Parra nace con el sello escénico de Calixto Bieito

Wilde se estrena el viernes en el Festival de Schwetzinger, siempre atento a la creación lírica actual

Escena de 'Wilde' de Héctor Parra.
Escena de 'Wilde' de Héctor Parra.

La primavera le trae buena suerte al compositor catalán Hèctor Parra. El año pasado celebraba en la Bienal de Múnich el éxito de su cuarta ópera, Das geoferte Leben (La vida sacrificada), estrenada el 20 de mayo de 2014. Justo un año y dos días después de ese evento se encuentra de nuevo en suelo alemán, invocando a las hadas de la fortuna: el viernes 22 estrena su quinta ópera, Wilde, en el Festival de Schwetzinger, que organiza la SWR (Radio del Suroeste de Alemania) y cumple este año su 64ª edición. El montaje nace bajo la dirección escénica de Calixto Bieito y musical de Peter Runder al frente de la Sinfónica de la Radio de Stuttgart. "Es, sin duda, mi mejor y más ambiciosa ópera", afirma un pletórico Parra.

"Componer Wilde ha sido una aventura fascinante, tremendamente estimulante y bastante dura a la vez; dos horas de música y más de 2400 compases en un proceso en que mi música ha evolucionado mucho más de lo que habría imaginado", confiesa Hèctor Parra.

Acaba de asistir al ensayo general y habla maravillas de la inteligencia teatral de Calixto Bieto, que explora el lado más turbador, inquietante y misterioso de la pieza teatral Wilde, el hombre de los ojos tristes, que su autor, el dramaturgo austriaco Händl Klaus ha convertido en ópera. "Trabajar con el personalísimo teatro de Klaus me ha llevado a otro planeta. Y Bieito, que siempre piensa mucho en la música, ha hecho un trabajo espectacular", explica el compositor barcelonés.

"Todo en ésta ópera es misterioso, turbador. Nunca sabemos si lo que vemos en el escenario es real o es un sueño, tampoco sabemos si las personas están vivas o muertas", comenta Parra, muy satisfecho de su colaboración con Händl. El dramaturgo ha revisado su obra, estrenada en Basilea en 2007 e incluso ha añadido personajes al transformarla en una ópera de gran formato, en tres actos, para seis cantantes, actor mudo y gran orquesta.

Parra asegura que Wilde es una ópera "que pone en relieve nuestra propia fragilidad como seres humanos a través de la degradación física y moral de un médico sin fronteras -Gunter- que poco a poco es literalmente absorbido por una familia extraña, los Flick. La voz, el físico y la dramaturgia de este personaje, encarnado por el fabuloso barítono-bajo Ekkehard Abele, es llevada al límite de lo imaginable".

El montaje se estrena en el intimista Teatro Rococó de Schwetzingen, que ofrecerá dos funciones más los días 24 y 25. Junto a Ekkehard Abele, completan el reparto los cantantes Marisol Montalvo, Mireille Label, Lini Gong, Vincent Lièvre-Picard y Bernhard Landauer, y el actor Ernst Alisch.

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Entre las influencias musicales, el propio Parra reconoce la huella del teatro musical de Kurt Weill y la fuerza del Wozzeck, de Alban Berg y La consagración de la primavera, de Stravinski. "El mundo sinfónico, la paleta de colores de una gran plantilla, me han permitido explorar nuevas armonias y contrastes", dice Parra, que tendrá gran protagonismo la próxima temporada como compositor residente del Palau de la Música y el Auditori de Barcelona.

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