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La ‘crisis del chivatazo’ desconecta el teléfono entre Mossos y Policía

Trapero criticó públicamente la falta de colaboración semanas después de que Pedraz archivara el supuesto chivatazo de los policías nacionales

Alfonso L. Congostrina

El comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, criticó, el pasado 16 de abril en los micrófonos de la radio pública catalana, la falta de colaboración del Ministerio del Interior con la policía autonómica. Trapero lamentó que el Estado no proporciona a los Mossos la información remitida por los cuerpos policiales europeos sobre ámbitos en los que tienen competencia y que afecta a Cataluña en aspectos tan importantes como el terrorismo yihadista. El comisario realizó estas declaraciones ocho días después de que sus agentes desarticularan la célula yihadista que pretendía atentar en Barcelona y pusieran a todos sus integrantes ante el juez, de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz.

El mensaje que lanzó en las ondas iba mucho más allá, enviaba un recado privado, los dos cuerpos policiales sabían que dos agentes de la Policía Nacional habían declarado el 17 de febrero ante el mismo Pedraz. La acusación era grave. Habían, supuestamente, alertado a la célula yihadista que estaban siendo investigados por la policía catalana. El juez archivó de la causa. Trapero días más tarde, el 22 de abril, aprovechó que había invitado a representantes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil al Día de les Esquadres (la fiesta solemne de la policía catalana)  y reclamó “lealtad” al Ministerio del Interior. El mismo 8 de abril los Mossos habían aportado un informe a Pedraz para intentar reabrir la causa contra los dos inspectores de la Policía Nacional.

Ayer se destapó toda la crisis. Fernandez Díaz criticó duramente la investigación de los Mossos y aprovechó para remarcar que la policía de la Generalitat no tiene “sentido de Estado” y por tanto no puede luchar contra el terrorismo. “Se han traspasado todas las líneas que pueden traspasar”, destacó el ministro. El consejero del Interior catalán, Ramon Espadaler, se defendió: “Al ministro le sienta fatal que los Mossos sean eficientes en la lucha antiterrorista, yo, en cambio, me alegro de que los cuerpos de seguridad del Estado sean eficientes en la misma lucha”.

Ministro y consejero se enzarzaron en una discusión conscientes de que el problema terrorista es real. Jofre Montoto, analista de seguridad y experto en yihadismo, asegura que Barcelona es una ciudad donde un atentado daría la “repercusión que buscan los terroristas”. El experto afirma que la capital catalana es ahora un verdadero nudo de servicios secretos sólo comparable a Berlín en plena guerra fría. Sin duda, todos los cuerpos policiales han infiltrado a agentes en los colectivos próximos a la ideología yihadista. El “enemigo” es peligroso porque “no sigue una estructura piramidal, sino que se trata de células autónomas, difíciles de controlar y es casi imposible predecir lo que van a hacer porque no siguen una línea marcada como la que seguía ETA en sus asambleas; ellos atentan contra todo aquel que no siga sus ideas, es decir contra todos”.

Ministro y consejero se enzarzaron en una discusión conscientes de que el problema terrorista es real

Montoto cree que en un escenario así, donde los supuestos terroristas se reúnen y marcan objetivos utilizando las nuevas tecnologías la información es “esencial”. Precisamente ese poder es el que solicitaba Trapero. El comisario jefe asegura que el Estatut de Cataluña de 2006 reconoció a los Mossos la competencia de colaboración en materia internacional y, pese a ello, el Estado se remite a una ley de 1986, previa al despliegue de la policía autonómica, de forma que “todo lo que huele a competencia internacional” recae en la Policía Nacional.

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Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña afirma: “La Policía Nacional cumple con lo establecido en la ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, con el Estatut de Cataluña, con las competencias establecidas por cada policía y con los organismos de coordinación que se fijaron entre el Estado y la Generalitat”. El portavoz afirmaba, antes de que saliera a la luz la crisis de los chivatazos, que la colaboración existe tal y como demuestran los diferentes operativos conjuntos, entre Mossos y Policía, que se han llevado a cabo para combatir el crimen organizado. “No entraremos en un debate pero hay comunicaciones a las que nosotros tenemos acceso como policía del Estado porque los protocolos están establecidos así”, afirmaba el portavoz. La misma fuente aseguraba que la Policía Nacional comunica a las policías autonómicas todo lo que se haya acordado previamente en las distintas comisiones de coordinación.

La Unión Federal de la Policía (UFP) recuerda que la competencia en las relaciones internacionales con el resto de cuerpos europeos recae en la Policía Nacional. UFP reivindica que la lucha antiterrorista corresponde a los cuerpos estatales.

Por su parte, secretario general de la Confederación Española de Policía (CEP) en Cataluña, Sebastián Hernández, asegura que las declaraciones que realizó, en su día, Trapero fueron “orquestadas para generar un conflicto”. El portavoz de CEP asegura que “los Mossos son una policía totalmente politizada y difícilmente se producirían cosas así en la Policía Nacional”. El sindicalista se sinceró: “Si nos pusiéramos a hablar de cuestiones donde no se respetan los unos a los otros los Mossos nos ganan por goleada”. Hernández asegura que la crisis del chivatazo es una cuestión política y que el "juez ya vio claro que era una cuestión con un confidente".  

Espadaler ha solicitado en innumerables ocasiones que entre los cuerpos policiales haya una relación de “normalidad”

El exceso de celo entre cuerpos policiales es una constante en Cataluña que no respeta ni los siniestros más sobrecogedores. La tarde del pasado 24 de marzo, Xavier Porcuna, el intendente portavoz de los Mossos d’Esquadra, anunciaba a las decenas de medios de comunicación congregados en el Aeropuerto del Prat que los agentes del cuerpo autonómico estaban recogiendo muestras de ADN a los familiares de las víctimas que iban en el avión accidentado de Germanwings. Esas declaraciones incomodaron a la Policía Nacional y la Guardia Civil, ya que decenas de agentes estatales llevaban horas recogiendo muestras en los hoteles donde se hospedaron los familiares. Porcuna no les nombró en ningún momento.

“En Cataluña no tenemos competencias en Seguridad Ciudadana pero sí tenemos otras atribuciones, pese a ello cuando alguien llama al teléfono de emergencias de la Generalitat -112- solicitando la intervención sobre algún tema relacionado con muestra actividad, en raras ocasiones nos lo comunican”, asegura un mando de la Guardia Civil que prefiere ocultar su identidad.

El consejero del Interior de la Generalitat, Ramon Espadaler, ha solicitado en innumerables ocasiones que entre los cuerpos policiales haya una relación de “normalidad” para responder ante “fenómenos globales como el yihadismo”. Espadaler aseguraba que el crimen “no conoce fronteras” por lo que los cuerpos policiales no deben tenerlas. La última ocasión en que solicitó esta “normalidad”, ya conocía la controversia del chivatazo y sabía que Pedraz había archivado el caso.

El experto en yihadismo, Jofre Montoto, afirma que para combatir el problema terrorismo islámico hay que hacerlo desde los frentes “militares, sociales y policiales”. Unos frentes que deben estar unidos ante el enemigo común.

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