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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Seductora provocación

Un espectáculo de no danza que invita a bailar y reír

Si este domingo tiene noventa minutos libres acérquese al Mercat de les Flors y déjese llevar por The show must go on, un espectáculo creado en 2001 por el artista Jérôme Bel, enfant terrible de la escena francesa y padre de la no danza. Se trata de un espectáculo divertido, curioso y estimulante, no escandaloso, como lo calificaron el año de su estreno el público y crítica parisina. Quizás hace 14 años pudo resultar escandaloso, pero ahora no lo es en absoluto, más aún cuando en esta ocasión el público es el del Mercat de les Flors, uno de los colectivos más preparados para ver todo tipo de montajes.

Si analizamos por partes The show must go on, la danza no saldría bien parada, ya que lo que realizan los veinte intérpretes son sencillos movimientos al son de conocidas músicas, no estamos ante ninguna coreografía elaborada, pero el movimiento que realizan tiene gracia. Estos veinte intérpretes se han elegido en un castin celebrado en Barcelona. Los elegidos, ciudadanos de a pie, de diferentes complexiones, edades, nacionalidades y profesiones, han trabajado durante diez días con dos ayudantes de Bel, Fréderic Seguette y Dina Ed Diky. El resultado es magnífico y todos ellos hacen una entregada interpretación. La clave del espectáculo está en la elección de los 30 hits, que pone un Dj, Marc Ases, uno tras otro y como les provoca a moverse a cada uno de los intérpretes.

La primera canción es el célebre tema de la película West Side Story, Tonight, de Leonard Bernstein. A partir de ese momento se van sucediendo famosos temas de David Bowie, Edith Piaf, The Police, Tina Turner, Johan Lennon y Paul Maccartney, Queen y Lionel Richie, entre otros. Mientras suenan estos temas los intérpretes bailan, hablan, se relacionan o miran al público. Hay fragmentos en que Bel juega con el público creando expectativas en las que no ocurre nada. Otros, como cuando se oye el tema principal de la película Titanic, o mientras suena La Macarena o I like to move it, que arrancan la carcajada del público. O como en la noche del viernes en el Mercat, cuando los intérpretes miraron fijamente al público durante unos instantes hasta que se levantaron y se arrancaron a bailar. Ahí está el quid de The show must go on su poder de seducción, que provoca al espectador ganas de bailar y reír.

The show must go on

Concepto y puesta en escena de Jéôme Bel; Asistentes para la organización en Barcelona: Frédéric Seguette y Dina Ed Dik. Dj: Marc Ases.

Mercat de les Flors. Barcelona. 8 de mayo

 

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