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Maroto, una isla entre PNV-Bildu

La campaña arranca con la pretensión de disipar las dudas sobre quién gobernará las instituciones de Álava y Gipuzkoa Bizkaia, bastión nacionalista

Urkullu y Ortuzar acompañan este jueves en Vitoria a los candidatos del PNV en Álava en el acto de apertura de la campaña electoral.
Urkullu y Ortuzar acompañan este jueves en Vitoria a los candidatos del PNV en Álava en el acto de apertura de la campaña electoral.L. RICO

PNV y EH Bildu, por este orden, ganarán con holgura las próximas elecciones municipales y forales en Euskadi. Es la conclusión a la que en el inicio de la campaña llegan encuestas y partidos, incapaces todos ellos, sin embargo, de precisar quién gobernará en Álava y en Gipuzkoa. Son dos de los tres territorios —Bizkaia sigue siendo feudo del PNV desde que se instauró la democracia— sin favorito claro. En medio de este dominio identitario asoma como una isla la consolidada figura de Javier Maroto, reafirmada este jueves por la encuesta del CIS. Mientras, Podemos se asegura su entrada en la política institucional vasca por medio de un carrusel de distintas denominaciones y Ciudadanos espera rentabilizar con modestia el previsible desplome de PP y UPyD.

La inmigración decide en Álava

En Álava, el intencionado discurso del alcalde de Vitoria, Javier Maroto (PP), de cuestionar las ayudas sociales de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) a los inmigrantes bajo el alegato de que solo les sirve para “vivir sin trabajar” ha calado tan hondo a pie de calle que le convierte en máximo favorito al triunfo. La oposición — PNV, EH Bildu y PSE-EE— asiste incrédula a la progresiva aceptación popular de este lenguaje calificado de “xenófobo”, que apenas sufre como desgaste la pérdida de un concejal respecto a la actual legislatura, según el último sondeo. Incluso, no sería descabellado atribuir este caída al peso de la marca a nivel nacional y a la irrupción de Ciudadanos.

Las movilizaciones y el hostigamiento dialéctico contra Maroto no ha cuajado. La plataforma Ayudas+Justas, creada en su entorno, ha validado con 41.000 firmas su reivindicación, algo más que un síntoma sobre el respaldo al controvertido discurso del alcalde de Vitoria que aflora un caldo de cultivo real

Con estas perspectivas, Maroto salvaría el tipo del PP vasco en estas elecciones cuya tipología juega en su contra y mantendría una cuota de poder institucional en su territorio más proclive. Además, alentaría las complicadas posibilidades de su compañero Javier de Andrés, empeñado en mantener la Diputación de Álava frente a la fortaleza de PNV y EH Bildu.

Vitoria acapara el interés

Vitoria acaparó el interés político durante este jueves. Por la mañana, con los resultados del estudio del CIS y horas después con el arranque de la campaña de la mayoría de los partidos como reflejo ineludible de la importancia que supone esta plaza electoral.

De momento se sabe por la encuesta del CIS que el 40,5% de los encuestados califica de regular la situación general de Vitoria y un 38,9% buena. Además, un 10,2% la considera mala, un 4,2% muy buena y un 2% muy mala. El 54,9% ve la situación de la capital alavesa igual que hace cuatro años, un 22,4% peor y un 13,6% mejor. Además, el 32,7% de los encuestados opina que la gestión realizada por Javier Maroto ha sido regular, frente al 20,8% que la considera buena y el 17,2% mala. Un 16% la ve muy mala y un 3,8% muy buena.

Con apenas un 7,4% de indecisos, el Partido Popular ganaría las próximas elecciones municipales en Vitoria, con ocho ediles, mientras que PNV y EH Bildu lograrían cinco concejales y el PSE-EE cuatro. Además, entrarían en la corporación Irabazi con tres y Hemen Gaude con dos. Ciudadanos llegaría al 3,3% y se quedaría fuera aunque entraría en las próximas Juntas Generales de Álava.

En el arranque de la campaña, el lehendakari, Iñigo Urkullu reivindicó la capacidad del PNV para llegar a acuerdos como forma de impulsar el crecimiento económico y el empleo. Idoia Mendia (PSE) advirtió de que el 24-M está en juego el cambio, sobre todo en Álava.

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Así las cosas, mientras ninguna encuesta compromete, de momento, la victoria del actual alcalde ni siquiera tras la aparición de Ciudadanos, los populares saben que la posibilidad de descabalgarle se antoja complicada porque obligaría a un enrevesado pacto a tres para llegar a la mayoría absoluta ante la igualdad de fuerzas.

La clave, en Gipuzkoa

PNV y EH Bildu se la juegan en Gipuzkoa. Los nacionalistas confían en recuperar la alcaldía de San Sebastián, ahora en manos abertzales, 25 años después del mandato de Ramón Labayen. Incluso, están decididos a evitar que EH Bildu siga gobernando la Diputación de Gipuzkoa en el supuesto de que perdieran por “un margen comprensible”. Hasta ahora, Joseba Egibar (PNV) ha desoído las insistentes llamadas de PSE y PP para formar una mayoría que descabalgue a la coalición soberanista. Pero el lehendakari Urkullu ya dio el primer paso el pasado mes de febrero al reclamar un acuerdo entre partidos que permitiera “otra forma de gobierno” en Gipuzkoa.

No obstante, EH Bildu sigue fuerte en el territorio guipuzcoano, donde domina 59 de las 86 alcaldías. Los independentistas, que han situado de candidato a Xabier Olano — actual director foral de Hacienda— en lugar de Martin Garitano, asumen que solo una victoria holgada le permitiría seguir en el poder. Además, temen que la presencia de Podemos —el nuevo partido no se presenta, en cambio, por la alcaldía de San Sebastián— le reste votos en ese sector juvenil más preocupado por el sentimiento de clase que por el ardor identitario.

Pero la irrupción con eco judicial y político del caso Bidegi ha abierto un escenario complicado para el PNV, que ha perdido por el camino el futuro apoyo del PP,

Podemos y Ciudadanos

La suerte de Podemos en las municipales vascas de mayo es una incógnita porque no acude con marca propia en ninguna de las tres capitales, limitándose a arropar algunas candidaturas promovidas por Ezker Batua (IU), Equo o Anticapitalistas. Más de un sociólogo admite que “la dispersión de nombres también provocará dispersión del voto” y advierten de que un resultado adverso sería atribuido, no obstante, a Podemos.

Ciudadanos, sin embargo, ha configurado con inusitada rapidez un proceso de primarias para definir sus candidaturas en Bilbao, San Sebastián y Vitoria, donde roza las opciones para un concejal. Esta apuesta en Euskadi liderada por un nutrido grupo de exmilitantes y dirigentes de UPyD pretende ensancharse con la ola estatal mientras defienden sin pestañear, además de medidas contra la corrupción, un ideario basado en la negación del Concierto Económico y los privilegios de las Diputaciones forales.

Bizkaia, del PNV

En Bizkaia, el PNV zanja todas las dudas a su favor como viene ocurriendo en los sucesivos exámenes electorales. A pesar del riesgo que supondría para todo partido el cambio de cartel para la alcaldía de Bilbao — especialmente por la desaparición de Iñaki Azkuna— y la Diputación de Bizkaia, los nacionalistas tienen asegurada la continuidad en el poder. Y cuando necesiten el respaldo suficiente para disponer de la mayoría absoluta, allí estará el PSE-EE.

Precisamente la diferencia de votos que se presupone en el territorio vizcaíno permitiría al PNV desnivelar la victoria a los puntos en número de votos en el supuesto de que la coalición abertzale mantenga su actual cuota de poder en Gipuzkoa, y de manera especial en la Diputación. Es evidente que EH Bildu, incluso con una significativa renovación interna en muchas de sus listas, sigue si recortar en por medio de una amenaza seria en las urnas la ventaja en este territorio del PNV más autonomista y refractario a recorridos soberanistas.

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