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La Generalitat blinda un ‘zurbarán’

Un ‘Agnus dei’ de una colección privada barcelonesa no podrá salir de España

José Ángel Montañés
El Agnus Dei de Zurbarán que la Generalitat ha catalogado como BCIN.
El Agnus Dei de Zurbarán que la Generalitat ha catalogado como BCIN.

Si uno piensa en la obra Agnus Dei de Zurbarán se impone en la memoria la exquisita obra del cordero que puede verse en el museo del Prado de Madrid. Pero en realidad el pintor barroco realizó cinco copias más (que se sepa por ahora) de esta especie ovina que, no cabe duda, cautivó al pintor extremeño. Una de ellas, pintada en 1632, está en manos de un coleccionista privado barcelonés.

En 2012, la Generalitat comenzó un proceso para acabar protegiendo esa obra ante la posibilidad de que pudiera salir de España. Ese año la Dirección General de Patrimonio emitió un informe favorable y en noviembre de 2013 se abrió expediente para declarar esta pintura Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN); un reconocimiento y protección que ayer el Govern acordó otorgar a esta pequeña obra. A partir de ahora, la obra es inexportable y, si se vendiera, la Generalitat podría ejercer el derecho preferente de adquisición.

El Agnus Dei barcelonés, cuyos propietarios no desveló ayer la Generalitat, está considerada, según la administración catalana, como una de las mejores versiones que un Zurbarán ya en plena madurez artística, realizó de este tema. Incluso es mayor en medidas (60 x 83 centímetros) que la que puede verse en Madrid (37,3 x 62). Y pese a que todas las versiones parecen iguales, quienes los que las han estudiado hallan pequeñas diferencias. En la protegida ahora, el animal muestra su lado izquierdo y el vellón cubre todo el cuerpo excepto la cara y la mitad inferior de las extremidades. El cuerpo del cordero está más desarrollado y muestra más potencia que en otras pinturas; asimismo, en sus cuernos se intuye el arranque de una segunda voluta.

La Generalitat, en una nota hecha pública ayer, destaca el domino técnico del dibujo, de la luz y de los colores, que incrementan el realismo de la lana de un animal que, como en las otras versiones, pertenece a la raza merina; ello denota una gran observación de la naturaleza, por lo que Zurbarán “se manifiesta como un pintor animalista insuperable”, afirma la institución.

Los Agnus Dei de Zurbarán, aparte de otras versiones atribuidas a su talle que de vez en cuando aparecen en subastas, forman un grupo de obras que han ido creciendo con los años. En julio de 1982, el entonces conservador del Prado Matías Díaz Padrón encontró en una colección privada madrileña la quinta versión que se podía atribuir al pintor del Siglo de Oro. El mismo especialista, en 1999, halló la sexta, y por ahora definitiva, obra del Cordero Pascual de Zurbarán.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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