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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¡Qué tiempos aquellos!

El Gobierno de CiU ha creado en cuatro años la misma deuda que el de izquierdas en siete y además ha vendido patrimonio

Hace algunos años Cataluña tuvo un Gobierno cuyo objetivo fue crear las condiciones necesarias para que sus ciudadanos viviesen con dignidad y pudiesen elaborar un proyecto de vida pleno y autónomo. Este Gobierno quería construir un país más justo y sostenible. El llamado Govern d'esquerres —aunque la obligada simplicidad de los mensajes lo denigró a Govern del Tripartit— y sus políticas han caído en el olvido. Pese a estar gobernando en el inicio de la crisis económica (2007), este olvido incluye la continua inversión realizada en las políticas sociales y medioambientales que mejoraron la calidad de vida de los ciudadanos.

Fue un Gobierno que osó enfrentarse y desalojar del poder político a todo un régimen que había gobernado el país durante 23 años y que había hecho del mismo una finca particular. Un régimen comandado por la familia Pujol y sus allegados que se dedicó a lo que ellos llamaban “fer país” que en su argot quería decir que iban construyendo un país basado en la expoliación de la cosa pública. La propia matriarca de la familia del régimen clamó que sentía haber sido víctima de un robo al tener que ceder el poder a unos desarrapados izquierdistas que habían ganado las elecciones democráticamente.

A los poderosos que hacían negocio con el régimen no les gustó que se les privara de sus oscuros negocios y que se gobernara en favor de las clases populares. Para combatirlo desarrollaron toda una estrategia de acoso y derribo que contó con la complicidad de sectores económicos, financieros y de la prensa privada.

A estas alturas del artículo a lo mejor están pensando que estoy haciendo un ejercicio de autoayuda para nostálgicos del Gobierno de izquierdas. No es este mi objetivo. Solo pretendo reflexionar sobre cómo ha sido posible que en solo cuatro años el actual Gobierno haya destruido, con los votos de la mayoría de la ciudadanía, la obra social y ambiental del anterior Ejecutivo.

Se podía gobernar con mayoría suficiente pero se buscó el diálogo y se concretaron cinco grandes pactos con la oposición y con las entidades sociales

Hace apenas unos años el Gobierno de izquierdas hacía políticas de izquierdas (parece una obviedad pero no lo es) como elaborar una Ley del Derecho a la Vivienda que otorgaba ayudas, construía vivienda social, promulgaba la posible expropiación y fomentaba la dación en pago de la hipoteca. Un Gobierno que ante la masiva llegada de personas migradas amplió sus infraestructuras sociales y dotó de más profesores (18.000) y más personal sanitario al sistema público. Además rehabilitó física y socialmente más de 140 barrios de Cataluña con una dotación de 1.350 millones de euros. Creó numerosas plazas públicas de guardería para paliar el agravio de 23 años de fomento de la privada.

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Un Gobierno que legisló y actuó para afrontar la violencia machista con la promulgación de la Ley de Erradicación de la Violencia Machista o que defendió, al fin, la memoria de los luchadores contra el fascismo franquista, elaborando, por primera vez en toda España, políticas públicas de memoria histórica para honrar a las víctimas de la Guerra Civil. Un Gobierno transparente que situó al Parlament como centro de la política, que publicó los sueldos de los cargos de confianza, que incluyó procesos de participación ciudadana en las decisiones políticas y que no controló los medios de comunicación públicos, como sí hacen los Gobiernos actuales de Catalunya (CiU) y de España (PP).

Un Gobierno que intentó (y en parte consiguió) hacer cambios en el modelo de desarrollo teniendo en cuenta el medio ambiente. Disminuyó el consumo de agua por persona en la área metropolitana de Barcelona a raíz de los episodios de sequía que sufrió el país. Aumentó exponencialmente la cantidad de productos reciclados. Se consiguió reducir la contaminación con el control de la velocidad en las zonas de entrada en la ciudad de Barcelona. Y por primera vez se elaboró una política de planificación territorial.

Se podía gobernar con mayoría suficiente pero se buscó el diálogo y se concretaron cinco grandes pactos con la oposición y con las entidades sociales: inmigración, vivienda, educación, infraestructuras e investigación, además del Pacto para la Competitividad.

Pero volvamos al presente, ¿se acuerdan del mantra convergente de que la crisis era culpa del Gobierno de izquierdas? Pues resulta que en los últimos cuatro años de gobierno de CiU (ahora con ERC) se ha generado una nueva deuda de 26.000 millones de euros. El Govern d'esquerres generó una deuda de 27.000 millones de euros en siete años. De estos 27.000 millones de euros, 20.000 se usaron para crear escuelas, hospitales, comisarías, parques de bomberos, bibliotecas, prisiones, etcétera. En cambio el Gobierno actual no ha construido nada, ha destruido el Estado de bienestar, privatizado servicios públicos y se ha vendido patrimonio público por valor de 4.000 millones de euros (edificios, Agencia Catalana del Agua…).

En estos momentos de escasez de referentes políticos es necesario recordar que en Cataluña hubo un Gobierno que demostró que había otra manera de hacer política, desde la izquierda y para las clases populares. ¡Qué tiempos aquellos!

Joan Boada Masoliver es profesor de Historia

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