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Negocios en busca de un dueño

Reempresa pone en contacto a empresarios que desean un relevo y a emprendedores

Enriqueta Sellarés y Paola Lazo.
Enriqueta Sellarés y Paola Lazo. cristóbal castro

Para Ramon Valdivia, tener un negocio propio era un reto aparcado a la espera de la oportunidad perfecta, que no llegó hasta el día en que tuvo que abandonar el sector de la banca y pasar a formar parte de las listas del paro. Ya tenía el tiempo y el dinero, le faltaba la idea. “Debía ser una de éxito. Mi experiencia financiera me decía que partir de cero resulta bonito, pero arriesgado. Lo más fácil es dar continuidad a un proyecto ya en marcha”, confiesa. Así comenzó su búsqueda de una empresa viable en busca de nuevo dueño.

Enrique Sanz, en cambio, llevaba tres años intentando hallar un relevo en el mando de Digital Satélite Center, la compañía de servicios de integración audiovisual que fundó en Barcelona y que dirigió durante más de 15 años. Su fecha de jubilación se acercaba y pese a que su hijo trabajaba en la firma, este “no le gustaba la gestión empresarial”, explica Sanz. Él y Valdivia se buscaban sin conocerse. Hasta que oyeron hablar de Reempresa, un proyecto liderado por la patronal Cecot y la Fundación Privada para la Promoción del Autoempleo de Cataluña (cp'Ac) que pone en contacto a posibles compradores con propietarios de pequeñas y medianas empresas (pymes) que quieran traspasarlas.

Desde que se fundó en 2011, Reempresa ha asesorado la cesión de 413 pymes. Casi la mitad de las operaciones se realizaron el año pasado y este primer trimestre de 2015 ya cerró 46 traspasos. “El 89 % de las reempresas que hemos conseguido se hicieron entre personas que no se conocían previamente, lo que prueba que la iniciativa es útil. Se ha convertido en un mercado concreto donde pueden acudir cedentes y emprendedores. Algo necesario porque antes era muy difícil que ambas partes se encontraran”, asegura el director de Reempresa, Albert Colomer. El centro afirma haber contribuido al mantenimiento de unos 1.500 empleos.

La idea de Reempresa surgió en 2011 en un contexto de destrucción de pymes: la crisis había hecho desaparecer a más de 15.000 en tres años, según los datos de Idescat. Si bien la mayoría lo hacía por motivos económicos, algunas se veían abocadas a echar la persiana por otras razones. A estas últimas se dirige la iniciativa, que exige a las compañías demostrar que aún son viables para participar en el proyecto. Eso explica que la mayoría de casos que ha atendido, el 29%, sean empresarios que buscaban un sucesor para poder jubilarse.

Como Ketty Sellarés, que había gestionado Miroia, un centro de preparación para la maternidad en Terrassa, durante los últimos 32 años. Quería descansar y disfrutar de su jubilación al 100%. “La gesté, la parí, la hice crecer y necesitaba que alguien la adoptara”, explica. Sellarés, de 67 años, era una comadrona que luego se pasó a la psicología y fusionó ambas carreras para ayudar a las mujeres de los años 80 “que querían ser madres modernas pero no sabían cómo”. “Tuvimos tanto éxito que venía gente desde fuera de Cataluña. Llegamos a atender a 72 mujeres a la vez y cambiamos de local por otro más grande”, recuerda orgullosa.

Pero los años pasaron y Sellarés se vio obligada a postergar su jubilación completa dos años más al no hallar relevo en su entorno más cercano. Sus dos hijos tenían otros planes de vida y sus empleados no se atrevían a hacerse con las riendas del negocio. “La empresa iba bien, pero yo estaba cansada y me dije a mí misma que si en diciembre no encontraba a nadie, la cerraría”, confiesa.

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Hasta que un día, viendo la televisión, oyó hablar de Reempresa. “En seguida nos presentaron a mucha gente. Había unas cuatro personas con más posibilidades, pero para este negocio hay que saber tanto de psicología como de gestión de empresas”, comenta. Al final no fue ninguna de ellas la que se quedó con Miroia, sino la vecina de la planta inferior, Paola Lazo, directora del centro para atención de familias de niños con autismo Can Pau.

“Yo buscaba un local en Granollers para hacer otra sede de Can Pau. Pero cuando el hijo de Ketty me comentó que su madre se jubilaba, me interesé en Miroia. Abrir un local en Granollers y darlo a conocer me hubiera tomado mucho tiempo. En cambio, es más fácil dar continuidad a un proyecto con trayectoria que iniciar uno nuevo”, explica Lazo, de 39 años. Si bien Sellarés encontró a su sustituta por otros medios, decidió seguir acudiendo a Reempresa para que asesore el traspaso.

“Las pymes necesitaban un mercado como este porqué, ante su tamaño y poca facturación, contratar una consultoría para este servicio no sale rentable”, afirma Colomer. Entre otras ventajas, el directivo destaca que los cedentes de Reempresa suelen conceder facilidades de pago y que la mayoría continúa implicado en la compañía durante unos meses para entrenar al nuevo propietario.

El centro es una de las cuatro entidades elegidas por la Unión Europea para definir los estándares de calidad de las plataformas de transmisión de empresas en el proyecto Engaging users for business transfer (EU4BT).

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