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Un desbroce daña un petroglifo reubicado en 2009 para protegerlo

La Xunta lo trasladó para salvarlo de una autopista

Estado en que quedó la roca
Estado en que quedó la roca

Son apenas dos figuras con formas circulares, uno más de los muchos petroglifos que pueblan los montes de Nigrán. Pero está catalogado como patrimonio a proteger, tanto que en 2009 la Xunta tuvo que desplazar un centenar de metros las piedras que lo albergan para que no fuese afectado por la construcción entonces de un nuevo enlace de la Autopista do Val Miñor. Menos cuidado tuvo estos días quien fuese que pasó sobre él con maquinaria pesada para desbrozar la zona.

 La alerta sobre el peligro que corría el petroglifo de Monte Eiró, al sur del municipio pontevedrés de Nigrán, cerca del río Miñor, la dio un vecino que avisó al portavoz socialista en el Ayuntamiento, Juan González. Este emitió el jueves una nota de prensa denunciando la situación y así se acabaron enterando tanto el gobierno local como la Xunta. La Consellería de Cultura indicó ayer que ha abierto un “periodo de información sobre el tema” e informó de ello a la Policía Autonómica “para que haga las investigaciones pertinentes”.

Xosé Lois Vilar, arqueólogo de la zona, inspeccionó ayer el lugar y cree que las inscripciones no parecen haber resultado alteradas, pero sí las rocas que las albergan, a muy pocos centímetros de los dibujos. Se repite así en Nigrán un destrozo similar al sufrido hace cuatro meses por otro petroglifo en el parque arqueológico de Campo Lameiro, al que también pasó por encima una máquina desbrozadora. Vilar lamenta que este patrimonio sea noticia cuando es atacado pero no por el abandono constante que sufre por parte de las administraciones.

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