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El servicio valenciano de empleo no despega ni para hacer frente a la crisis

El Consell trata de levantar el bloqueo de fondos de la UE por irregularidades

Cola en una oficina del Servef en Valencia.
Cola en una oficina del Servef en Valencia.santiago carreguí

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, presentó en febrero de 2014 el plan estratégico del Servicio Valenciano para el Empleo y la Formación (Servef) hasta el año 2020 con la idea de mejorar su gestión mediante la colaboración con entidades privadas (como agencias de colocación) y de garantizar sus recursos gracias a los fondos procedentes de la Unión Europea (UE). El consejero de Economía, Industria, Turismo y Empleo, Máximo Buch, mostró entonces su confianza en conseguir que “el 100% de los parados reciban formación para el empleo, bien a través de cursos presenciales o bien a través de cursos on line”.

Cursos y alumnos

Año 2010.Con 501.315 parados registrados en diciembre, el Servef ofreció 266 cursos en centros propios para 4.013 desempleados. Hubo 2.348 cursos en centros externos, con 34.966 alumnos.

Año 2011. 535.036 parados. 263 cursos en centros propios (3.945 alumnos) y 2.213 cursos externos (33.217 alumnos).

Año 2012. 569.735 parados. 188 cursos propios (2.820 alumnos) y 1.330 externos (20.007 alumnos).

Año 2013. 547.360 parados. 222 cursos propios (3.330 alumnos) y 911 externos (13.304 alumnos).

Año 2014. 511.164 parados. 161 cursos propios (2.500 alumnos) y 890 externos (15.000 alumnos).

Sin embargo, la Comisión Europea mantiene bloqueados 40 millones de euros del Fondo Social destinados al fomento del empleo porque detectó fraudes en su justificación en 2013. Y ahora mismo, según la Consejería de Hacienda y Administración Pública, “se está acabando la certificación y se espera que en breve sea levantada la suspensión”. Por otra parte, el Servef tiene una tasa de intermediación laboral de apenas el 3%; es decir que solo tres de cada 100 personas que encuentran empleo lo hacen a través del organismo de la Generalitat.

Tampoco las cifras de formación ocupacional para desempleados son muy halagüeñas. Si en 2010, con 501.315 parados inscritos en diciembre, hubo 266 cursos en centros propios para 4.013 parados y 2.348 cursos en entidades externas (básicamente academias especializadas), con 34.966 alumnos; las cifras no han hecho más que descender durante los años de hierro de la crisis y en 2013, con 547.360 parados en diciembre, hubo 222 cursos propios para 3.330 alumnos y 911 actividades formativas externas, con cobertura para 13.304 alumnos. Los últimos datos, de 2014, en que había en diciembre 511.164 parados registrados, reflejan un nuevo descenso, con 161 cursos en centros propios para 2.500 alumnos y 890 en centros externos para 15.000 alumnos.

Se potencian los módulos para obtener certificados de profesionalidad

El secretario autonómico Fernando Díaz Requena llegó a invitar por correo electrónico a los trabajadores del Servef a participar en un “contacto distendido” con otros empleados para que le planteasen “con total confianza” los problemas que detectaban y cómo resolverlos. Pero el discurso oficial incide en un “cambio de sistema”, de forma que el desempleado se implique en la búsqueda de cursos y no siga por obligación las indicaciones del Servef para su formación. Están por ver los resultados.

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De momento, en algunos de los 13 centros de formación propios del Servef (cuatro en la provincia de Alicante, dos en Castellón y siete en Valencia), —a los que hay que añadir una docena de centros integrados públicos de Formación Profesional de la Consejería de Educación, donde se imparte la FP ocupacional—, hay talleres sin actividad e instalaciones infrautilizadas.

“La tendencia actual es la formación modular transversal”, explican desde el Servef. “Se potencian las acciones para obtener certificaciones de profesionalidad. A menudo el desempleado no necesita un aprendizaje total sino completar su formación. Con esa intención se organizan módulos que son más cortos y exigen menos horas”. Para impartir esos módulos, el Servef no recurre al “fichero” de expertos docentes que se actualizaba por especialidades sino que selecciona profesores mediante “oferta pública”.

Hay menos cursos vinculados a la industria y menos expertos docentes

El Servef pretende con ello, denunciaba el sindicato UGT el pasado 23 de marzo, “camuflar y desviar la atención de su nefasta, caótica y deplorable política de personal”. Según el sindicato, el Servef tiene “la mayor tasa de precariedad de toda la Generalitat, con el 45% de su plantilla (de 1.500 personas) ocupada por personal funcionario interino”. Y además, el abandono de la bolsa de trabajo en la que algunos llevan una década hace que muchos de los 200 expertos docentes de sus centros propios “corran un serio riesgo de no volver a ser contratados” para cursos en 2015, mientras 120 orientadores pueden verse en la calle por la privatización o externalización de su tarea.

“Quieren evitar que les ocurra como en otras comunidades, donde los expertos docentes han ganado casos en los tribunales y les han reconocido como trabajadores fijos discontinuos”, apunta un empleado público del Servef con experiencia en los cursos de formación. “Los módulos son de pocas horas y pocas personas”, indican desde la Generalitat. “Se contrata a los profesores por obra. No son funcionarios”.

“Hay máquinas en los centros propios muy costosas que no se usan o se usan muy poco”, se queja otra trabajadora del Servef. “El contacto con las empresas es mínimo”, añade para advertir que la nueva política, como ocurre con los cursos que imparten las academias, “prima los cursos de papel y lápiz o de lápiz y pizarra” frente a los oficios vinculados a la industria. “Llegan a autorizarse cosas tan estrambóticas como la instrucción en yoga”.

La distribución territorial es otro de los problemas. No hay un centro propio del Servef en Sagunto ni en Requena-Utiel, dos zonas de actividad económica muy marcada. El centro de la ciudad de Valencia carece de talleres porque está en un entresuelo, pero hay tres centros en L'Horta Sud.

La Generalitat proclama, en los estertores de la legislatura y tal vez de dos décadas de gobierno del PP, que el plan estratégico del Servef, con 227 millones de presupuesto el año pasado, recibirá 380 millones de la UE a lo largo de seis años.

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