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La Generalitat propone un pacto para acercar el horario laboral a Europa

El Ejecutivo pretende avanzar la jornada y reducir el tiempo dedicado a comer

Un restaurante de Barcelona, a la hora de la comida.
Un restaurante de Barcelona, a la hora de la comida.G. F. Lombardi

El portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, anunció ayer su intención de promover un cambio de los horarios de trabajo para acercarlos a los de otros países europeos, con una jornada laboral más comprimida y que empieza y acaba antes. Homs añadió que el objetivo es pactar con partidos políticos y agentes sociales el proyecto. El consejero de Presidencia anunció la medida durante la presentación del Anuario 2014 para la racionalización de los horarios laborales. El documento, mostrado en la antigua fábrica Damm, es el resultado de una iniciativa ciudadana liderada por la activista Fabián Mohedano, e incluye recomendaciones en ese ámbito.

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El pacto que la Generalitat pretende impulsar en colaboración con el resto de formaciones políticas incluirá cambios legislativos, además de acuerdos con los agentes sociales para modificar los convenios colectivos. La idea es acercar la jornada laboral en Cataluña a la de otros países europeos como Reino Unido, donde los ciudadanos empiezan a trabajar antes y dedican menos tiempo a comer. Todo ello, para garantizar que los empleados pasen menos tiempo en la empresa. Como parte del plan, el Ejecutivo también quiere lanzar campañas para concienciar a la población.

El Anuario 2014 es un informe en el que los miembros de la iniciativa para la reforma horaria, una plataforma liderada por Mohedano, han incluido las aportaciones de investigadores y periodistas sobre las causas de la falta de ajuste horario con el resto de los países de la Unión Europea.

Los expertos ven en el presentismo laboral un obstáculo para acortar la jornada de trabajo 

Entre ellas, está el ajuste del huso horario español al alemán durante el franquismo, una cultura laboral basada en el presentismo, la consideración del espacio de trabajo como un lugar para entablar relaciones sociales; y las largas pausas para comer. “Paramos a las tres de la tarde y cenamos pasadas las nueve. Esto viene del desarrollismo franquista, cuando el pluriempleo hacía que los hombres conciliaran diversos trabajos. Un funcionario podía trabajar por la tarde en una compañía de seguros. La mujer, mientras tanto, se quedaba en casa”, explicó Mohedano. “Deberíamos pasar a un horario democrático y tradicional”, remachó Homs.

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El siguiente paso es la entrega, hoy, del Anuario en el Parlamento, que se sumará a otros informes elaborados por el Consejo de Trabajo Económico y Social y la propia cámara autónoma. El Ejecutivo prevé tener en cuenta todos estos documentos para la preparación del plan sobre la reforma horaria.

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