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La ‘número tres’ de Ciudadanos a la Comunidad fue expulsada del PSOE

La ejecutiva socialista le acusó de afiliar a simpatizantes del PP en Valdemoro

F. Javier Barroso
Eva Borox, segunda por la derecha, con los primeros integrantes de la lista de Ciudadanos a la Comunidad de Madrid.
Eva Borox, segunda por la derecha, con los primeros integrantes de la lista de Ciudadanos a la Comunidad de Madrid.ciudadanos

La número tres de la lista que va a presentar Ciudadanos a la Comunidad de Madrid, Eva María Borox, fue expulsada del PSOE en 2007, tras ser acusada de haber afiliado a amigos y familiares del PP en la agrupación de Valdemoro. El entonces secretario regional del Partido Socialista de Madrid (PSM), Rafael Simancas, ordenó que se disolviera la agrupación y que se encargara una gestora de la dirección del partido local. Borox mantiene, por su parte, que nadie la echó, sino que ella decidió no solicitar de nuevo su alta en la formación cuando se deshizo la agrupación socialista en Valdemoro.

La historia de Eva María Borox ocurrió en junio 2005, cuando ella se hizo cargo de la portavocía del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Valdemoro. En aquel entonces, controlaba la agrupación el anterior alcalde, Antonio Serrano. En esa época, un grupo de militantes empezó a cribar el censo de afiliados y comprobó que parte de los nuevos militantes habían estado en el PP, cuyo secretario general era Francisco Granados, o estaban relacionados con el constructor David Marjaliza. Ambos están en prisión como los supuestos máximos responsables de la llamada Operación Púnica, una supuesta red de corrupción en municipios de la Comunidad de Madrid.

La situación de la agrupación en aquellos momentos era muy llamativa: cada mes se afiliaban hasta 50 personas. No había una explicación lógica, teniendo en cuenta que la cifra de militantes rondó históricamente, con altibajos, los 150 afiliados. Ni siquiera el llamado efecto Zapatero, con la victoria del entonces presidente del Gobierno, lograba explicar esta suma masiva de apoyos.

Cierre de filas en el partido

El secretario de Organización de Ciudadanos, Fran Herviás, defendió ayer “la honestidad, el carisma y la trayectoria” de la número tres a la Comunidad de Madrid, Eva María Borox, sobre la que su formación no tiene “ninguna duda de honradez”. En su opinión, Borox fue apartada del PSOE de Valdemoro por denunciar irregularidades y querer cambiar el partido desde dentro. “Es lo que hacen el PP y el PSOE con las personas que quieren regenerar y cambiar estos partidos desde dentro, los apartan o los echan”, mantuvo Herviás en declaraciones a EL PAÍS.

El responsable de Organización afirmó que sabían desde el primer momento los problemas que tuvo Borox en el PSM. De hecho, fue ella misma la que les presentó toda la documentación y les explicó cómo había actuado en el periodo entre junio de 2005 y febrero de 2007. Su llegada a Ciudadanos se produjo tras presidir el Centro Democrático Liberal (CDL).

“Pese a que intentaron silenciarla y distanciarla, ella continuó trabajando por Valdemoro. Esto no solo no nos va a perjudicar cara a las elecciones municipales y regionales, sino que nos va a reforzar. Hay que tener en cuenta que en nuestras filas tenemos a gente que cree en la política y en el sistema democrático y que, llegado el momento, sabe alejarse de los que les quieren arrinconar”, añadió Herviás. Este pone como ejemplo que Eva María Borox recibió un fuerte respaldo de los 3.011 afiliados con los que contaba Ciudadanos el pasado mes de marzo. “Toda su trayectoria fue valorada por el conjunto de los militantes”, concluyó.

Un grupo de afiliados decidió investigar entonces qué estaba pasando. Buscó en listas electorales del PP de comicios pasados y cruzó los datos con los de las nuevas afiliaciones. Hallaron, según reconocen fuentes socialistas, que de los más de 300 militantes que había en la agrupación cerca de la mitad podían estar vinculados directa o indirectamente con Granados o con Marjaliza.

La decisión tomada por Rafael Simancas fue entonces cortar por lo sano. Su secretario de Organización, Andrés Rojo, notificó a los responsables de la agrupación que esta se deshacía con carácter inmediato y que entraba a dirigir la nueva gestora cuatro miembros del PSM y otros tantos de Valdemoro, con la presidencia del propio Rojo.

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Eva María Borox mantiene en todo momento que ella estuvo al margen de todo ese proceso y que en ningún momento tenía acceso al censo de afiliados de la agrupación. “La situación era tal que cada vez que hacíamos una propuesta o teníamos que votar algo en el pueblo teníamos que mandar toda la documentación al PSM para que nos dijera cómo teníamos que actuar o votar incluso en los plenos”, recuerda la número tres de Ciudadanos.

Borox afirma que fue ella quien denunció al PSM el incendio de un coche de Francisco Granados, que estaba a nombre de un constructor local, la adjudicación de viviendas de protección oficial a familiares de concejales del PP y una modificación urbanística en El Espartal que permitía construir más de 4.000 viviendas. “Nunca me hicieron caso. Simancas mantenía silencio sobre Valdemoro, y Granados hacía lo mismo respecto a Parla, cuando era el alcalde Tomás Gómez [posteriormente sucesor de Simancas]”, critica Borox.

Eva María Borox dice que fue ella la que decidió irse al crearse una gestora

Cuando se celebraron las primarias en Valdemoro, la candidatura de Borox ganó por mayoría holgada. Detrás quedaron sus oponentes Margarita Peña y Ángel Vázquez. Sin embargo, las comisiones de listas regional y federal tumbaron la opción de la ganadora. El número seis de su lista era Norberto Russo, acusado de ser socio de David Marjaliza en algunas sociedades y antiguo presidente de Nuevas Generaciones del PP en Valdemoro.

Rafael Simancas recordó el pasado mes de noviembre en una conversación con este periódico que entonces había demasiados indicios de que la agrupación carecía de la suficiente autonomía respecto del PP y Marjaliza: “La información que recibí en el PSM era muy clarificadora de la que se nos podía venir encima. Teníamos hasta varios testimonios que confirmaban que el propio Marjaliza estuvo en la agrupación”.

Algunos de los militantes

A Eva Borox no se le notificó como tal la caída de toda su candidatura, según denuncia. Se enteró cuando fue a la presentación de todas las listas a mediados de febrero de 2007 en la sede de UGT-Madrid. “Hubo un rosario de acusaciones contra nosotros y nadie nos dio las pruebas de que realmente habíamos afiliado gente vinculada al PP. El caso de Russo era claro: llevaba en la agrupación más de diez años”, resumió ayer en conversación telefónica con este periódico.

Desde su caída, Borox intentó demostrar su inocencia. Para ello acudió a Ferraz y al PSM pero de poco le sirvió, según su versión. Fuentes socialistas discrepan: “Presentamos un dossier muy elaborado y trabajado en el que se demostraba que había una fortísima vinculación entre el PSOE y el PP en Valdemoro”.

Borox, al igual que toda la agrupación, fueron suspendidos de militancia del PSOE tras disolver la agrupación. “No me echaron, lo que pasa es que yo no pedí el volver al partido porque no me interesaba después de cómo me habían tratado”, argumenta. Fuentes socialistas lo niegan. La asesoría jurídica de Ferraz había preparado un informe por el que se prohibía taxativamente que pudiera volver. Se basaron en los estatutos del partido para inhabilitarla “de por vida”, en el caso de que quisiera volver a las filas socialistas. Borox ya no podía formar nunca más parte del PSOE. Se acabó su trayectoria en este partido.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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