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elecciones municipales y forales

Maroto, el problema de la oposición

Vitoria se dispone a convertirse en un laboratorio político por la igualdad y fragmetación partidista. El alcalde sale con ventaja, incluso entre sus rivales

El alcalde de Vitoria, Javier Maroto
El alcalde de Vitoria, Javier MarotoL RICO

“Los partidos en Vitoria acabarán con los eufemismos cuando en campañas les preguntan si luego van a pactar”. La predicción es de un curtido dirigente político alavés que se asoma al panorama de las próximas elecciones locales y forales convencido de que “todo puede pasar, pero que ningún candidato pasará de los siete concejales”. A menos de dos meses de acudir a las urnas, ningún partido de la oposición se atreve a asegurar que Maroto no pueda ganar las elecciones, según el sondeo puntual realizado por este periódico.

En el PNV trabajan con la idea de que “estamos en un puño junto a Bildu y el PP” con unas diferencias de “décimas” entre ellos, sin atreverse a decir que Maroto aguanta con solvencia en las encuestas. Los socialistas asumen la condición de favorito del actual alcalde, más allá de la irrupción de Ciudadanos y principalmente avalado por los “efectos silenciosos” de su aguerrida posición sobre los inmigrantes y las deficiencias en el sistema de la RGI. Precisamente EH Bildu incidirá en que Vitoria “no se merece” un “alcalde xenófobo” y entiende que Maroto será penalizado tras recordar que se está generando un clima de “contestación” en la calle que engloba a varios grupos culturales y sociales como ocurre con los pronunciamientos de Gora Gasteiz o el más reciente de 68 sacerdotes de la capital alavesa, aunque algunos directamente vinculados a posiciones abertzales como se aprestan a recordar desde el PP.

¿Y si gana Maroto, gobierna? El entorno del alcalde admite que las encuestas “van bien” y que siendo la lista más votada “la oposición no va a sellar un pacto a tres”. Este clima optimista se traslada a la dirección del PP alavés donde se confía en el éxito electoral en Vitoria para disponer así de un amplio colchón de junteros en su apuesta por repetir en Diputación. El PNV regatea ahora la posibilidad de los pactos. Su análisis queda acotado a augurar que “todo el que no quiere que Maroto sea alcalde va a apostar por el PNV para cambiar el rumbo”. Los nacionalistas hablan, por tanto, en clave de victoria para asegurarse la alcaldía porque un pacto del resto queda descartado.

Entre los socialistas, descartados de entrada para el triunfo después de haber dejado la alcaldía en 2011, se procura disponer de un resultado que les permita “participar” en posibles acuerdos de gobierno. Idean que si el PP gana y la oposición se plantea evitar la continuidad de Maroto, el reglamento obliga a una mayoría absoluta que, en base al mapa previsible, solo la podría aportar “la suma de al menos tres partidos”, admite un exconcejal, que dibuja una Corporación “muy fragmentada”. Si el acuerdo es imposible, el alcalde saldría simplemente de la lista más votada. No obstante, el PNV se decanta por “gobiernos estables, plurales y con un proyecto claro de ciudad”. Todos los partidos han adaptado los resultados de las elecciones andaluzas a sus análisis, pero PNV y EH Bildu advierten de que “es imposible una extrapolación porque el componente nacionalista no existe o es residual” en Andalucía.

Ciudadanos no hace

Pero todos se han fijado en Ciudadanos para estimar su posible implantación en Vitoria y el impacto en el PP. El partido de Albert Rivera ha elegido a Rodrigo Zamora en unas primarias que cuestionan desde UPyD, hasta ahora el rival más incómodo de los populares en Álava, donde el partido de Rosa Díez tiene su único escaño desde hace dos legislaturas. Ciudadanos no hace “ningún pronóstico” aunque coincide con quienes sostienen que “una baja participación” les puede dar su primer concejal. Incluso, si esta formación llega al 3% de los votos en Vitoria se aseguraría dos escaños en las Juntas de Álava. Esta rentabilidad resultó determinante en las últimas elecciones ya que Ezker Anitza logró dos junteros que entregaron la Diputación al PP al no llegar a un acuerdo con el PNV por las abultadas exigencias reclamadas para el pacto.

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Eso sí, en el caso de que Ciudadanos lograra un concejal, llegaría a cuatro junteros por la circunscripción de Vitoria. En el PP no quieren alentar las expectativas de Ciudadanos, pero tampoco menospreciar sus opciones, una vez aprendida la lección de Andalucía. “Nosotros tenemos una gestión que defender en Vitoria”, subrayan con rapidez al evitar un pronunciamiento sobre la penetración del nuevo partido en la capital alavesa. En cambio, el resto de la oposición coincide en que “el PP puede perder hasta tres concejales” de los nueve de que dispone por el desgaste de su gestión. Ninguna de las fuentes consultadas contempla a UPyD.

“El efecto arrastre de Andalucía se va a mantener en las municipales”, en alusión al ascenso de Ciudadanos más allá de su nula implicación en la acción política de Vitoria y que activará el voto de “los desencantados del PP que se vienen quedando hasta ahora en casa”. Y queda el efecto Podemos, repartido entre las marcas que procuran recoger el malestar social por los efectos de la crisis y la apuesta por la alternancia, a la que se suma también Ikune con una estrategia foral que incluye, principalmente, las opciones de Llodio donde ya dispone de un concejal. “Va a ser igual que en Andalucía”, pronostica la experiencia de un exconcejal vitoriano. “Todas las encuestas le dan entre los primeros y sacará un buen resultado, pero Vitoria no ha cambiado tanto”.

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