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El Consell fracasa en la Secundaria

Educación no explica por qué apenas hay centros públicos entre los 30 primeros de la evaluación de la ESO

La consejera Català con Victor Villagrasa y José M. Boquet (derecha) de la Federación de Centros de Enseñanza.
La consejera Català con Victor Villagrasa y José M. Boquet (derecha) de la Federación de Centros de Enseñanza.

La Generalitat solo colocó dos de sus centros, de titularidad pública, en la clasificación de los 30 institutos con mejores resultados en la evaluación diagnóstica de 2º curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Los colegios privados sostenidos con fondos públicos coparon las primeras posiciones.

Por eso, ante la publicación de esa clasificación de 30 centros, cuyo alumnado había obtenido las puntuaciones más altas en competencias matemáticas y lingüísticas, tan elocuente fue la congratulación de la patronal de la enseñanza privada como el silencio de la propia Administración autonómica. Hay que tener en cuenta que el 68% del alumnado que pasó las pruebas era de centros públicos (casi 34.000 de 49.000).

La lista de los 30

Once de los 30 centros con más puntuación tienen un índice máximo de Estatus Económico, Social y Cultural (ISEC-5), nueve lo tienen medio-alto (4); ocho, medio (3) y dos, medio-bajo.

En mayo de 2014 pasaron las pruebas casi 50.000 alumnos de 2º de la ESO de 677 centros sostenidos con fondos públicos.

Los mejores resultados sin considerar el ISEC, son de 635,52 puntos. El centro ubicado en último lugar tiene 582,31. La media de la Comunidad es de 500.

El ránking dibujaba una red de centros privados sostenidos con fondos públicos que gozan, mayoritariamente, de altos índices de estatus social, económico y cultural (ISEC), junto a una red pública, apenas visible, de la que es titular la Generalitat, en la que el par de centros descollantes no superaba un estatus medio.

La configuración de ambas redes responde a una política educativa de la que es responsable la propia Generalitat, que distribuye presupuestos; establece normas —entre ellas las reglas de acceso a los centros y sus áreas de influencia—, e impulsa los conciertos con los colegios privados. Llama la atención que quien establece las reglas del juego y arbitra su cumplimiento salga peor parado en resultados.

Es llamativo que quien establece las reglas salga peor parado en resultados
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Un total de 16 de los 30 centros clasificados pertenecían a una patronal, FECEVAL, que aprovechó la oportunidad para proclamar, por boca de su presidente, José Manuel Boquet, que “el modelo de educación privada concertada es la garantía de un modelo probado y que funciona como excelente”. Ante datos así, cabría esperarse de la Generalitat un análisis serio y público que no se ha producido.

"Creemos que la escuela pública es excelente", se limitó a decir la consejera de Educación, María José Català, al ser preguntada por el asunto este viernes. “No vemos que esos resultados deterioren la imagen de la escuela pública, ni mucho menos”, añadió. En todo caso, no explicó por qué, como titular del grueso de los centros evaluados, apenas consigue situarlos en los puestos de cabeza de la ESO.

La clasificación en cuestión ponía de relieve que en los resultados obtenidos en las pruebas, realizadas en mayo de 2014, resultaba decisivo el ISEC de los centros examinados. Diez de la lista, casi todos arriba de la tabla, tenían el índice más alto posible (5), que valora el nivel de estudios y la ocupación de los padres, así como los recursos domésticos o el número de libros en casa. Nueve tenían un índice medio-alto y ocho un nivel medio. Solo dos tenían un ISEC medio-bajo y ninguno tenía el índice más bajo.

El nivel de estudios de los padres es la variable del ISEC que “más diferencias marca en las puntuaciones obtenidas” por los alumnos, “con una distancia de 71 puntos entre los que tienen padres sin estudios básicos y aquellos que tienen padres con estudios superiores”. Así lo señala el informe ministerial de 2014. Se estima que “el incremento de un punto en el ISEC del centro supondría un aumento de 35 puntos en su promedio de Matemáticas”.

El hecho de que dos centros, con un ISEC-5, estuvieran entre los 10 primeros y que dos colegios privados con un estatus bajo entraran en la lista de 30, corrobora que hay otros factores que influyen en el rendimiento escolar, como los aspectos didácticos, organizativos, metodológicos o de relación con las familias, así como los horarios o la autonomía del centro. Cualquier análisis debería aclarar por qué uno de los dos centros públicos clasificados es uno de los pocos que integra Educación Primaria y la ESO, un caso atípico en la red pública.

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