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Los arquitectos critican al PP

Censuran el modelo urbanístico de Madrid y la falta de rumbo

La alcaldesa Ana Botella, en el debate de ayer organizado por la Cadena SER.
La alcaldesa Ana Botella, en el debate de ayer organizado por la Cadena SER.samuel sánchez

El Ayuntamiento de la capital se enfrentó ayer a la acerada censura de los arquitectos madrileños, que cuestionaron el modelo urbanístico del Partido Popular en un debate organizado por la cadena SER. La alcaldesa, Ana Botella, abrió la cita con un discurso en el que defendió su “urbanismo anti-crisis” y presumió de haber pagado ya la mitad de la deuda generada por la inversión en infraestructuras de su predecesor, Alberto Ruiz-Gallardón. “Eso abre grandes posibilidades para la inversión, aunque haya unas buenas infraestructuras siempre hay algo por hacer”, añadió.

Luego se fue y dejó a su edil de Urbanismo, Paz González, a capear las críticas del resto de participantes, refrendadas por el auditorio. El decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, José Antonio Granero, anfitrión del encuentro, lamentó que ese colectivo “no haya sido escuchado” por el Ayuntamiento: “Se ha apostado por las grandes constructoras y se ha destrozado el tejido profesional”. Criticó además la falta de un plan estratégico para la capital y sus alrededores, que albergan a seis millones de personas.

En eso sí le dio la razón la concejal, que lamentó que la Comunidad (PP) “no haya entendido como necesario” un plan regional de estrategia territorial. Pero el Ayuntamiento tampoco ha sido capaz de sacar adelante un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), tal y como le afeó el arquitecto y sociólogo José María Ezquiaga, que considera que el anterior, de 1997, “está obsoleto y es una losa”. “Madrid tiene muchos proyectos pero le falta narrativa”, aseguró Ezquiaga, para quien la imposibilidad de aprobar el nuevo plan es “la radiografía del desconcierto” que sufre a su juicio el urbanismo municipal.

A las críticas al Ayuntamiento vertidas también por la arquitecta Izaskun Chinchilla se sumó con mucha retranca su colega (y humorista gráfico de EL PAÍS) José María Pérez, Peridis, que censuró el PGOU de 1997 por permitir un urbanismo salvaje desde Sol “hasta Seseña” sin que ninguna autoridad “pilotara” ese crecimiento exponencial. Peridis propuso un plan nacional de rehabilitación de viviendas para mejorar su eficiencia energética. Según explicó, crearía empleo, y se podría financiar desde la Comisión Europea con créditos a cuenta del ahorro energético futuro. El arquitecto echó en falta “el espíritu de la gente” en la ciudad, y frente a las grandes operaciones defendió “hacer Madrid vividera”.

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