_
_
_
_
_

Pequeños dragones en Madrid

Un grupo de 25 niños de China mejora sus habilidades futbolísticas y aprende castellano

Sergio C. Fanjul
Alumnos chinos del centro Evergrande Football School que este año realizan un curso en el Liceo Europeo.
Alumnos chinos del centro Evergrande Football School que este año realizan un curso en el Liceo Europeo.LUIS SEVILLANO

La respuesta es unánime: Messi. La pregunta: ¿Qué jugador español te gustaría ser? Los que responden: tres chavales, Agustín, Leo y Chance, delantero, mediocentro y defensa, que, a pesar de sus nombres occidentalizados, son tres jóvenes promesas (en torno a los 13 años) del fútbol chino. Y no estamos en China, sino en La Moraleja, Madrid, donde estos pequeños deportistas, junto con otros 23 compatriotas, pasan el año escolar.

El colegio privado Liceo Europeo recibe este año por primera vez a un grupo formado por alumnos de la Evergrande Football School, situada en Qingyuan, al sur de China. Es una de las canteras más grandes del mundo donde se entrenan unos 3.000 diamantes en bruto del balompié de entre los que se ha seleccionado a estos 25 para pasar este año escolar y también los dos siguientes en España. El año que viene llegará una nueva remesa para quedarse otros tres cursos. La escuela forma parte del grupo Evergande, al que también pertenece el Guangzhou Evergrande, actual campeón de la Liga de Campeones de Asia y de la Superliga del gigante asiático.

La idea es que los niños conozcan la cultura española

“El proyecto no es solo futbolístico sino educativo. Se trata de que los niños, además de mejorar sus habilidades deportivas, conozcan el idioma y la cultura española”, dice Lai Zai Tang, uno de los profesores chinos de los chicos. Porque, aunque estudien en España, siguen la metodología china, muy exigente, con sus propios profesores, excepto para su inmersión en la lengua y la cultura españolas, a la que dedican hasta 24 horas a la semana. Dicen los chavales que al principio les costaba el español, pero ya le van cogiendo el tranquillo. Y que sus comidas favoritas son la pasta, la sopa o la carne.

“El objetivo”, continúa el profesor, “es expandir el fútbol chino, que todavía no tiene el nivel que desearíamos, aunque ahora el deporte está teniendo el respaldo por el nuevo presidente del país, Xi Jingpin, y cada vez es practicado por más gente”. Han empezado en España gracias al magnetismo y al apoyo del Real Madrid y pronto comenzarán una experiencia similar con el Ajax de Ámsterdam. Se prevé que el proyecto continúe con otros clubes de Brasil y Alemania.

Los chavales compaginan las clases con el entrenamiento deportivo y, a veces, se integran en los entrenamientos de algunos clubes juveniles de la región, como el Rayo Majadahonda, C.F. Pozuelo, U.D. San Sebastián de los Reyes o el CUC Villalba.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

EUROPA ES UN HONOR

¿Y cuándo sean unas máquinas de darle al balón, qué futuro les espera a estos chavales? ¿Quedarse en Europa o regresar a China? “Nuestra preocupación es simplemente formarles”, responde el profesor Lai Zai Tang, “si deciden quedarse en un club europeo de alto nivel sería un honor y siempre podrían volver para jugar con la selección china”. De hecho, el presidente Xi, futbolero confeso, espera que la selección china, conocida como Los Dragones, pueda llegar a la final del mundial de fútbol en un futuro cercano, según declaró en una entrevista en 2013.

LUIS SEVILLANO

España, claro, es un referente: “En China se siguen mucho la liga española y la Champions League”, cuenta uno de los jóvenes futbolistas, “pero todavía no hay el nivel de afición y el ambiente de España”. Eso sí, el trabajo del español José Antonio Camacho como seleccionador nacional de China entre 2011 y 2013 no llegó a buen puerto. Por muy español que fuese. Tal vez faltaba la materia prima que se pretende crear en experiencias como esta.

Si la elección de España como destino se justifica por la potencia futbolística patria, la elección del colegio tampoco es casual: en el Liceo Europeo apuestan fuerte por el aprendizaje del chino con clases desde los dos años. Un idioma que compaginan desde la más tierna infancia con el inglés y, más adelante, con el francés y el alemán. “El escuchar diferentes idiomas, además de servir para su aprendizaje, ayuda a aumentar la plasticidad cerebral”, dice Esther Arama, coordinadora de Bachillerato Internacional del colegio, que hace intercambios con el país oriental.

Y no solo es un colegio innovador en esto, sino en otras cosas: sigue los dictados de la Institución Libre de Enseñanza que, a pesar de haber sido fundada por Francisco Giner de los Ríos y otros catedráticos en 1876, ya preconizaba unos principios pedagógicos que siguen resultando rabiosamente modernos. “Aquí abogamos por una enseñanza activa que se desarrolle en un clima afectivo”, explica Arama, “no utilizamos libros de texto sino que los propios niños los van escribiendo y luego comprueban si lo que han escrito es cierto. Tampoco hay deberes durante los primeros años. La idea es que los alumnos aprendan a la vez que descubren por sí mismos”. En el colegio, que tiene 1.200 alumnos y 127 profesores, hay una iClass en las que los niños aprenden con iPads y otra LegoClass, en la que hacen lo propio construyendo con piezas de Lego. Otras tecnologías usadas son ordenadores portátiles o pizarras electrónicas. “No tiene nada que ver con el colegio tradicional donde el profesor dicta un tema y luego se hacen ejercicios”, dice Arama.

OPORTUNIDADES DE FUTURO

“Me parece importante aprender chino, porque no hay mucha gente que lo hable bien y puede abrir oportunidades de futuro”, dice Alejandra López, una alumna del Liceo. Ahora los alumnos españoles tienen oportunidad de practicar el idioma con sus nuevos compañeros orientales, a los que además, con motivo del año nuevo chino (el pasado día 19 de febrero dio comienzo el año de la cabra, el 4713 de su calendario lunisolar), agasajaron con una celebración. Ese día, chinos y españoles cantaron, bailaron y recitaron poemas juntos, y el colegio fue decorado con farolillos rojos y motivos orientales para celebrar el inicio del año. “Nos gusta hablar con los nuevos compañeros porque son la novedad”, dice Alejandra, “eso sí, aún no les entiendo mucho cuando se ponen a hablar rápido. Ah, y tampoco podemos jugar mucho al fútbol con ellos, porque son demasiado buenos”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_