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De presidente de ‘L'Hospi’ a alcaldable

García, candidato de Ciutadans, aspira a acabar con la hegemonía del PSC en L'Hospitalet

Àngels Piñol
Albert Rivera, ayer, en L'Hospitalet; detrás, Miguel García.
Albert Rivera, ayer, en L'Hospitalet; detrás, Miguel García.ALBERT GARCIA

Miguel García, expresidente del Hospitalet, que estuvo casi 20 años en el cargo, dio este jueves el definitivo salto a la política al ser presentado como candidato de Ciutadans por ese municipio, la segunda ciudad de Cataluña donde el partido naranja aspira a romper la hegemonía socialista. Ante un auditorio de más de 400 personas, en La Farga, el cabeza de lista centró su discurso en la regeneración democrática y culpó a sus antiguos compañeros de partido -militó 2o años en el PSC- de intentar aferrarse al cargo. “Su discurso está trasnochado. Llevan 36 años gobernando y se nos está haciendo más largo que la dictadura. No digo que no sea legítimo pero la alternancia es necesaria en democracia. Hay que cambiarlos”, defendió

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Arropado por Albert Rivera y por la cúpula de C's, García, que envolvió su mandato en el Hospi de polémicas declaraciones y que fue tertuliano de Punto pelota, apenas esbozó su programa electoral. Pero si dejó constancia de dos propuestas: que las paredes del Ayuntamiento y los bolsillos de los concejales sean de "cristal" –pidió que se haga público su patrimonio cada año- y que bajará en caso de acceder al Gobierno municipal el salario de los mismos un 20% para que sepan lo que es no poder llegar a final de mes. “Hay concejales que desde les salen los dientes están en un partido y no saben hacer la o ni con un canuto. Es una vergüenza que cobren esos dinerales”, dijo.

García militó en el PSC durante más de dos décadas pero se distanció de ese partido ya antes de la manifestación de la Diada de 2012 al sostener que se había quedado huérfano por no combatir los socialistas con firmeza el soberanismo. En las autonómicas de ese año, cerró la lista de Rivera de forma simbólica y en 2013 ingresó en Ciutadans con un polémico discurso al augurar que la apuesta independentista de Artur Mas generaría una frustración citando incluso la existencia en el pasado de Terra Lliure. Nada de eso se dijo en el acto de este jueves centrado básicamente en la regeneración de la política. "Necesitamos gente sin mochilas. Son personas jóvenes, con ilusión y que no se asustan. ¡Arriba naranjitos!", exclamó con desparpajo invitando a los jóvenes de su agrupación a alzarse de sus sillas.

No vamos a pactar con ningún partido que tenga cargos imputados", avisa Rivera en L'Hospitalet

Fue el Partido Popular el que puso ese mote a Ciutadans rescatando el nombre de la mascota del Mundial de 1982 y por el color naranja del partido. "Estamos encantados con ello. El PP nos está haciendo la campaña", dijo Rivera que lamentó el estilo de los populares tras afirmar el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, que no quería que su comunidad pudiera estar dirigida desde Cataluña y por un político que se llama Albert.  “No sé quién es ese señor aunque parece que me conoce. Le digo una cosa y que se la apunte: Cataluña es España”, dijo en medio de aplausos. Pese a que dijo que es no es partidario de replicar —“No vamos a entrar en el tú a tú”—, Rivera se mostró dolido al recordar que él mismo ha sido increpado y ha tenido que llevar escolta en Cataluña. “Es curioso: damos la cara por los españoles y ahora nos insultan. Me importa un bledo cómo se llame el presidente del Gobierno. Lo que quiero es que no haya corruptos en él. No entienden España”. Izando la bandera de la anticorrupción, Rivera anunció que no firmará pactos con partidos con cargos imputados y rescató que los gobiernos del PP si lo hicieron con Jordi Pujol: “Y ahora, nosotros, que nos llamaban freakys, estamos a un 2,3% de ganar las elecciones. A los nacionalistas no se les imita: se les gana en las urnas”.

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