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Barcelona blinda el patrimonio de 228 comercios pero no su actividad

La Asociación de Establecimientos Emblemáticos considera insuficiente la protección

Clara Blanchar
Víctor Riera, gerente de la tienda de telas El Indio.
Víctor Riera, gerente de la tienda de telas El Indio. Consuelo Bautista

El Ayuntamiento de Barcelona ha presentado este jueves el catálogo final de establecimientos emblemáticos, 228 comercios sobre los que se establecen tres niveles de protección patrimonial: en 32 casos no se podrá tocar ni una baldosa. Pero el catálogo no blinda la actividad de estas tiendas. “La actividad corre por otro camino, con herramientas urbanísticas protegeremos la identidad”, ha argumentado el teniente de alcalde de Hábitat Urbano, Antoni Vives.

La asociación de Establecimientos Emblemáticos de Barcelona ha tachado de insuficiente la protección de un catálogo que consideran que “llega tarde” y podría haber ido más lejos, por ejemplo declarándolos Bien Cultural de Interés. Desde ERC, el concejal Jordi Portabella, que años atrás se había encargado de la cartera de comercio, ha valorado que “se queda corto, porque no protege la actividad”.

El catálogo es fruto del trabajo y análisis a fondo de un primer listado elaborado el año pasado en vísperas al cambio legislativo de los alquileres de renta antigua que vencían el pasado 31 de diciembre. De aquellos 389 comercios sobre los que se suspendieron las licencias de obras o actividad, se han descartado 161, sobre los que se levanta la suspensión. Los 228 restantes se dividen en tres niveles de protección.

Un total de 32 son considerados establecimientos “de gran interés” (E1) y deben conservarse de forma “integral”. No se puede tocar absolutamente ningún elemento de las tiendas de esta categoría, desde un estante y una lámpara hasta un mostrador o la caja registradora: ni moverlos de sitio. Entre estos 32 figuran comercios míticos como El Indio, El Ingenio, bares o restaurantes como el Almirall o Els Quatre Gats, la cuchillería Roca o media docena de farmacias. Esta es la protección que el Ayuntamiento entiende que, sin entrar en la actividad, la protege indirectamente porque resultaría muy restrictivo pretender cambiarla.

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El segundo nivel de protección agrupa establecimientos “de interés” (E2, un total de 152), que deben ser conservados de forma “parcial”. Esto es, tienen elementos de interés singular pero no mantienen íntegramente todos los originales. A este capítulo pertenecen el restaurante Casa Leopoldo, el Bar Marsella, El Xampanyet, la camisería Pons o el colmado Quílez. El tercer nivel (E3) lo forman 42 establecimientos con “elementos de interés paisajístico” que han quedado “desvinculados del establecimiento original” y deberán tener protección “ambiental”. Son, entre otros, el Bar Resolís, la Casa del Bacalao, Scalextric Palau, el Bar Quimet o la Casa de la Estilográfica.

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El secretario de la Asociación de Establecimientos Emblemáticos, Josep Maria Roig, ha afirmado en declaraciones a Radio Barcelona que el catálogo “podría tener en cuenta más aspectos”, que “sí podría mantener algunas actividades” y que el listado “llega tarde”. Roig ha asegurado que el Ayuntamiento no les ha escuchado –en el máximo nivel de protección no figura El Rey de la Magia, ha criticado-- y que buscarán “aliados” y presentarán alegaciones.

El teniente de alcalde de Hábitat Urbano, Antoni Vives, ha defendido que el catálogo se ha realizado con la colaboración de “los máximos expertos en patrimonio, comercio y ciudad” y con cuatro despachos de abogados. El catálogo, que forma parte del Plan Especial de Protección y Potenciación de la Calidad Urbana, fue aprobado ayer inicialmente por el Gobierno municipal y estará dos meses en exposición pública. Tras el periodo de alegaciones, el Ayuntamiento confía en tenerlo aprobado dentro de un año. Esto es, durante el próximo mandato.

Desde el PSC y el PP han criticado la tardanza del Gobierno municipal en presentar el texto: "Para presentar un plan de estas características lo podrían haber hecho hace muchos meses", ha dicho  Jaume Collboni. El candidato socialista ha asegurado que al plan "le falta ambición y, sobre todo, conocimiento del tema", ya que no protege la actividad de los comercios, "que también da sentido y personalidad a la ciudad". El líder del PP municipal, Alberto Fernández Díaz, ha acusado a Trias por "no haber protegido estos comercios, ya que son una referencia de nuestra ciudad por su excelencia y antigüedad, que recuerdan la mejor tradición del comercio de Barcelona".

Todas las tiendas deberán tener puerta

El catálogo para proteger comercios emblemáticos de Barcelona es en realidad solo una parte del Plan Especial de Protección y Potenciación de la Calidad Urbana presentado este jueves por el Ayuntamiento. “Un súper plan que cruza el catálogo de comercios con el paisaje urbano, el urbanismo y otras ordenanzas”, ha resumido el gerente de Hábitat Urbano, Albert Civit.

El plan busca proteger la “calidad urbana” de la ciudad, partiendo de la base de que el comercio es parte sustancial del modelo. Así, el plan también establece áreas donde se limitarán las actuaciones urbanísticas y de paisaje para preservar el espacio público y evitar su “privatización”. Esto es, evitar la “tematización” fruto de la concentración de determinados comercios o de una marca concreta.

El plan concreta medidas que ya contempla la ordenanza de Paisaje Urbano en relación a los rótulos (fija tamaños y solo en planta baja), la iluminación, el uso de pantallas o los escaparates. O las puertas: obliga a todos los establecimientos a tener puerta.

Y en algunas zonas (Ciutat Vella, Eixample centro y Sagrada Familia, Vila de Gràcia, casco antiguo de Sant Andreu y Poblenou o Poble-sec) prohíbe agrupar locales de un mismo edificio por la fachada; obliga a preservar la “morfología propia de fachadas con un mismo uso”; no deja que los bajos rompan con el resto del edificio o favorece “la diversidad de usos”. En este sentido, fija un tope del 60% de usos no residenciales en las plantas de los edificios y un máximo del 50% de uso residencial en los bajos.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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