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Barcelona crea un cuerpo de auxiliares de la Guardia Urbana

Los agentes cívicos no multarán, pero tendrán “autoridad” ante el ciudadano

Agentes cívicos de Lleida junto a una pareja de policías locales.
Agentes cívicos de Lleida junto a una pareja de policías locales.ELENA VALLÈS

El Ayuntamiento de Barcelona prepara un nuevo cuerpo de auxiliares de la Guardia Urbana de Barcelona para que empiecen a trabajar a partir de abril. Serán los nuevos agentes cívicos, su tarea estará comprendida entre la que realizan la Guardia Urbana y los actuales agentes de civismo que, por ejemplo, velan porque no haya un exceso de ruido en las terrazas nocturnas. No tendrán capacidad sancionadora, pero sí “autoridad”. Lo explicó ayer el concejal del Eixample, Gerard Ardanuy, durante una rueda de prensa ante la Sagrada Familia, donde empezarán a actuar estos nuevos agentes en abril.

Ardanuy no quiso ayer dar detalles sobre la nueva figura —que será presentada en breve, matizó—, pero avanzó que su tarea será “reducir la conflictividad”. Entre vecinos y turistas en el caso del entorno del templo. “O con otras funciones, como el civismo, en otras zonas”, afirmó el regidor.

En el caso de la Sagrada Familia los agentes cívicos se coordinarán tanto con la Guardia Urbana como con los responsables de movilidad del Ayuntamiento. En el entorno de la basílica habrá seis puntos con estos agentes: entre otras cuestiones, gestionarán los flujos de movilidad de los 8.000 turistas diarios que de media visitan la Sagrada Familia, a los que cabe sumar los que no entran en el templo.

Los integrantes del futuro cuerpo no tendrán capacidad sancionadora, pero sí estarán en contacto continuo con los agentes municipales que procederán a multar a aquellas personas que incumplan algún tipo de normativa municipal. Entre las acciones más destacables de los agentes cívicos se podrían incluir las relativas a la tenencia de animales (recogida de excrementos por parte de los ciudadanos, uso de bozales en caso que sea necesario...), además de infracciones relacionadas con la higiene y limpieza en la vía pública o el maltrato de mobiliario urbano, entre otras.

El Ayuntamiento tampoco detalló ayer cuál será la figura laboral del nuevo cuerpo de agentes cívicos, ni cómo se realizará la selección de los futuros integrantes.

Lo que es seguro es que no serán funcionarios, indican fuentes municipales, y con toda seguridad serán independientes y no tendrán un mando en el interior del cuerpo de la Guardia Urbana de Barcelona.

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Un ejemplo de este grupo de trabajadores municipales es el de la ciudad de Lleida donde 25 agentes cívicos patrullan por las calles de la ciudad desde que se creó el cuerpo municipal en 2011. Los agentes se seleccionan entre las personas sin trabajo inscritas en el Instituto Municipal de Empleo de la capital del Segrià. Los contratos se realizan aprovechando los planes de ocupación que el Ayuntamiento desarrolla en colaboración con la Generalitat y la duración de los mismos suele ser de seis meses.

El modelo leridano sería muy similar al que quiere adaptar el Ayuntamiento de Barcelona. En Lleida, los agentes cívicos llevan un uniforme identificativo, patrullan por parejas y en todo momento están conectados por radio con la Guardia Urbana de la ciudad.

El Consistorio barcelonés no ha aclarado si entre los agentes cívicos se podrá incluir a personas condenadas a trabajos en beneficio a la comunidad aunque todo apunta a que en el proceso de selección se tendrá en cuenta la titulación del candidato y el conocimiento de idiomas que puede ser útil en el trato con los turistas.

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