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El plan de usos del Poble-sec excluye el nuevo Paral·lel de las restricciones

La normativa de terrazas en la calle de Blai permite colocar más mesas de las actuales

Clara Blanchar
Imagen virtual del proyecto de reforma de la avenida Paral.lel.
Imagen virtual del proyecto de reforma de la avenida Paral.lel.

El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado inicialmente el Plan de Usos del barrio del Poble-sec, en el distrito de Sants-Montjuïc, un plan que persigue regular los llamados establecimientos de concurrencia pública (sobre todo bares y hoteles) y delimitar el impacto que tienen sobre el espacio público y la vida cotidiana de los vecinos. El plan ha sido consensuado con las entidades y asociaciones del barrio, un proceso participativo que valoran como positivo; pero excluye de su ámbito de acción la avenida del Paral.lel, en plena remodelación. Además, el distrito ha presentado la regulación singular para las terrazas de las calles de Blai y Blesa: permitirá poner una docena más de mesas, pero les obligará a cerrar a medianoche.

El concejal del distrito de Sants-Montjuïc, Jordi Martí, ha argumentado que la popular avenida tendrá su propio plan de usos, que trasciende al distrito, porque también toca al Eixample y a Ciutat Vella. Pero ha advertido que también será fruto de un proceso participativo que se prolongará durante un año. Mientras, entidades como Som Paral.lel alertan que la falta de restricciones en la avenida "provocará un efecto llamada" de locales. "Se puede entender que el Paral·lel tenga un plan diferente, pero no se puede dejar de la mano de dios, los planes de usos deberían ser preventivos para evitar masificaciones, no para actuar cuando ya hay el problema", critica Marc Serra, de la plataforma vecinal.

El Plan de Usos, ahora en exposición, acota tres áreas de tratamiento especial en barrio en función de la densidad de establecimientos que concentran. Así, en la zona de alta densidad (calles de Blai, Blesa, Nou de la Rambla y Vila i Vilà y colindantes) se prohíbe prácticamente abrir nuevos establecimientos y hoteles. En las otras dos (las plazas y su entorno o las áreas que concentran equipamientos), dependerá de la presencia de establecimientos parecidos y de la distancia entre ellos. Durante tres meses se podrán presentar alegaciones y mientras quedan suspendidas las licencias de establecimientos hoteleros y del resto de establecimientos, una moratoria que se prolongará hasta septiembre de 2016.

Por otra parte, el concejal Martí ha presentado la regulación singular de las terrazas de las calles de Blai y Blesa, que copan las dos calles desde que fueron peatonalizadas. Las dos calles, contiguas, concentran 45 bares y restaurantes, de los que 34 tienen terraza: 136 mesas en total. La nueva normativa extiende a 37 las terrazas permitidas, con un tope de 148 mesas (máximo cuatro por bar). Habrá más mesas en la calle, esto sí, pero tendrán que cerrar a medianoche.

Martí ha asegurado que con la nueva regulación las terrazas ocuparán solo el 5% del espacio público. Desde Som Paral·lel, Marc Serra ha criticado la "opacidad" con la que se ha trabajado el plan de terrazas y ha asegurado que la plataforma vecinal presentará alegaciones.

Miquel Montoliu, vecino de la calle de Blai desde hace 12 años, asegura que cada vez cuesta más caminar por la calle de Blai: "con el cochecito no paso", asegura y critica que las terrazas no tienen bien marcadas las ubicaciones. Montoliu tacha de "desfachatez" que el plan permita ubicar más mesas en las terrazas. Cuenta que en casa oyen tanto ruido que han tenido que habilitar una habitación para encerrarse con doble cristal y aire acondicionado. "Y los fines de semana nos marchamos", lamenta.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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