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Dos galerías vascas entre 218

Carreras Mugica y Altxerri mantienen su presencia en la feria Arco

Obras de Esther Ferrer en la galeria Altxerri, en Arco 2015.
Obras de Esther Ferrer en la galeria Altxerri, en Arco 2015.Samuel Sánchez

Los tiempos en que siete galerías procedentes del País Vasco acudían a Arco en busca de prestigio, proyección y clientes quedan ya muy atrás. El cierre de algunas de ellas y la crisis económica de los últimos años ha ido reduciendo el número de galeristas vascos que viajan al mayor encuentro de arte contemporáneo que se celebra en España. En la feria que este domingo cierra sus puertas en los pabellones de Ifema, en Madrid, entre las 218 participantes (el 71% procedente de países extranjeros) solo hay dos galerías vascas. Son Carreras Mugica, de Bilbao, y Altxerri, de San Sebastián, las mismas que en las dos ediciones anteriores de Arco.

El optimismo de los prolegómenos de la feria se ha ido amortiguando con el paso de los días. La edición de 2015 se anunciaba en el sector como el despegue de las ventas tras los años de crisis, pero a la espera del tramo final los resultados no lucen tan brillantes. “Mi impresión es que el tono de la feria es más bajo de lo esperado”, valoraba este sábado el galerista Juan Ignacio García-Velilla, director de Altxerri.

Altxerri dedica su espacio en Arco en exclusiva a la artista Esther Ferrer, Premio Velázquez de Artes Plásticas 2014. Carreras Mugica ha seguido con su fórmula de combinar los grandes nombres consagrados (Eduardo Chillida y Richard Serra) con los de la generación que se encuentra en plena actividad creativa, como Asier Mendizabal, Sergio Prego o Pello Irazu, y algunas incorporaciones como los dibujos de Raúl Domínguez.

La impresión de García-Velilla sobre la feria en general es parecida a la que ha vivido en su galería. “Se ha vendido el primer día a coleccionistas que buscan nombres de artistas que ya les interesan”, explica. La organización de la feria invita cada año a 300 coleccionistas internacionales a visitar Arco. Entre ellos estaba uno de los compradores, de nacionalidad suiza, de obra de Esther Ferrer.

“El fin de semana llega otro tipo de público. Ente esa afluencia masiva aparecen aficionados con un presupuesto de 3.000 o 4.000 euros que quieren encontrar sorpresas”, añade el director de Altxerri.

Se ha vendido el primer día a coleccionistas”, dice García-Velilla
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Con un nuevo espacio en Bilbao inaugurado el pasado otoño, la galería Carreras Mugica defiende la presencia en ferias internacionales a la búsqueda de coleccionistas. Su volumen de operaciones en Arco alcanzaba ayer una moderada satisfacción, en palabras de Nacho Mugica.

Arco busca la internacionalización de la oferta y de los coleccionistas, y una afluencia de público que no llegue a desbordar la capacidad de la feria. Los cambios también han afectado al perfil de los compradores. Carreras Mugica ha vendido obras de Sergio Prego y Asier Mendizabal ugica a sendos coleccionistas mexicanos; otros dibujos de Raúl Domínguez han sido adquiridos por un cliente más cercano. “Vemos una gran diversidad en los compradores. Entre ellos hay instituciones, coleccionistas extranjeros y locales”, señala el galerista.

Además de las ventas ya cerradas, Carreras Mugica tenía reservas sobre una pieza de Pello Irazu y varias de Eduardo Chillida y Richard Serra.

Las instituciones y museos siguen visitando las galerías vascas en Arco, pero sus compras son casi inexistentes. El Museo de Arte Contemporáneo de A Coruña es la excepción. En breve decidirá sobre una obra de la galería bilbaína que ha despertado su interés.

En el espacio de Altxerri no se han detenido este año los representantes de las colecciones institucionales o corporativas. Garcia-Velilla tiene la explicación: “Hace dos años el Reina Sofía e Iberdrola ya compraron obra de Esther Ferrer. Ahora toca venderla a coleccionistas particulares”.

Mugica subraya que el proyecto de una galería no puede medirse en el corto plazo. En Arco, por ejemplo, han presentado obras de Asier Mendizabal a sabiendas de su dificultad para salir al mercado. “Es un artista con el que queremos trabajar y queremos que se vea, aunque los resultados no sean inmediatos”, explica. “Somos una galería viva, vendemos entusiasmo. Confiamos en el mundo del arte. Ya cambiará la tendencia”.

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