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Las armas vuelven a Montjuïc

Barcelona abre un centro para explicar la relación del castillo con la ciudad

Blanca Cia
Vitrina con armas en el nuevo espacio del Centro de Interpretación del Castillo de Montjuïc.
Vitrina con armas en el nuevo espacio del Centro de Interpretación del Castillo de Montjuïc.

Las armas, exactamente 29, han vuelto al castillo de Montjuïc. Y algunas de ellas han hecho viaje de ida y vuelta porque formaban parte de las colecciones que se exhibían en el Museo Militar. Esa selección de armas de los siglos XVIII y XIX se puede ver en el Centro de Interpretación del Castillo de Montjuïc. Se trata de un nuevo espacio expositivo permanente que ocupa cuatro salas que rodean el patio de armas de la fortaleza que pretende explicar a los visitantes la relación del castillo con la ciudad. Una relación con episodios trágicos en el pasado que contrastan con la realidad actual de una fortaleza que se ha convertido en escenario habitual de visitas de turistas —unos 600.000 el año pasado— y de eventos festivos de la ciudad, como los que se organizan en las fiestas de la Mercè. Un castillo que no ha dejado las polémicas, empezando por la cesión a medias que hizo Franco a la ciudad en 1961, siguiendo por la difícil entrega de pleno derecho a la capital y el desmantelamiento del Museo Militar que acogió y que comportó la dispersión de las colecciones de armas que se exhibían.

El nuevo centro está dividido en cuatro salas que explican cuatro etapas diferentes. La primera relata la larga historia del promontorio y que ha estado habitado, explotado —especialmente las pedreras para edificios como Santa Maria del Mar y la urbanización del Eixample— y transformado desde hace 10.000 años. Planos, una lápida de Montjuïc de 1306, un audiovisual y fotografías de las primeras décadas del siglo pasado dan una idea de la transformación.

Una segunda sala explica, con dibujos y planos, que antes que fortaleza en la cima de la montaña hubo un faro —documentado en 1703— que se enmuralló al inicio de la guerra dels Segadors, en 1640, para intentar proteger a la ciudad de la flota de Felipe IV. Y fue después de la derrota catalana de 1714 cuando el ingeniero militar Juan Martín Cermeño proyectó la fortaleza, en 1751, que se reproduce en una gran maqueta.

Defensa y represión de Barcelona es el nombre del tercer espacio, con una selección de armas catalanas e inglesas (espadas, sables, picas, pistolas, revólveres, trabucos, mosquetones, escopetas, fusiles, bayonetas, balas de plomo y un pequeño cañón). Todas están en una vitrina dispuestas con voluntad escénica. Se trata de armas del Museo de Historia de Barcelona (Muhba) que proceden del legado que hizo Apel·les Mestres al Muhba. Algunas ya estuvieron expuestas en el Museo Militar hasta su desmantelamiento en 2009. Fueron devueltas a su propietario, el Muhba, y ahora han regresado, según confirman fuentes del Ayuntamiento. Aunque a un emplazamiento distinto. Es en esa sala donde un vídeo recrea el bombardeo de la ciudad en 1842 por el general Espartero.

Montjuïc, prisión y memoria de Barcelona es el último espacio que, con fotografías y un montaje audiovisual, relata uno de los periodos más negros del castillo desde finales del XIX hasta 1960, cuando dejó de ser prisión militar. Cuando fue escenario de torturas, procesos y ejecuciones: la del pedagogo Francesc Ferrer i Guardia tras la Semana Trágica, las de los mandos militares que se rebelaron contra la República en julio de 1936, las de 250 personas acusadas de alta traición contra la República y la del presidente de la Generalitat, Lluís Companys, en 1940.

La adecuación de ese espacio y el proyecto expositivo han costado 504.000 euros de los 11 millones que desde 2011 se han invertido en la rehabilitación del castillo. Una transformación por fases y que supondrá un desembolso de entre 70 y 80 millones de euros.

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Junto a ese espacio, en otras dos salas, se exhibe la muestra Pedra, Montjuïc, Barcelona. La construcció de la ciutat, sobre las canteras de la montaña. Y están programadas otras, como la dedicada a la memoria del circuito de Montjuïc (junio). Otras intervenciones que empezarán a partir de otoño son la apertura del nuevo espacio de recepción de los visitantes, en uno de los cuerpos de guardia, un bar restaurante que se asomará a la plaza de armas y la adecuación del puente de entrada a la fortaleza.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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