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La Catedral destinará lo que le pague el ladrón del Códice a conservación

El deán proclama su "pena" por el exelectricista del templo y dice que la Iglesia ya lo ha perdonado

El deán de la Catedral, Segundo Pérez, ha mostrado hoy "pena" por que el exelectricista, José Manuel Fernández Castiñeiras, haya sido condenado a diez años de prisión por el robo del Códice y blanqueo de capitales. El administrador de la Catedral, Francisco Domínguez, ha explicado que el Cabildo decidirá el uso de la indemnización, pero ha adelantado que no está "desencaminado" adelantar que se destinará a las "necesidades de conservación" del edificio eclesiástico.

La Audiencia Provincial de A Coruña condenó al exelectricista a diez años de prisión por hurto, robo continuado y blanqueo de capitales por la sustracción del Códice Calixtino y otros efectos. Asimismo, ha sido condenado a abonar una multa de unos 268.425 euros e indemnizar con 2,4 millones de euros a la Catedral, el dinero que la sala considera que le fue sustraído por parte de Castiñeiras. Parte de este dinero, casi 1.700.000 euros, ya habían sido entregados a la Catedral por la Audiencia, al tratarse de dinero intervenido al ahora condenado.

Coincidiendo con la presentación de un disco de la escolanía de la Catedral, un día después de conocerse el fallo judicial, el deán, que ha considerado que el juicio ha sido "serio y con rigor", ha explicado que él trabajó con presos y por ello le hubiese gustado que Castiñeiras "no tuviera que ir a la cárcel", porque las personas "quedan muy tocadas" y se "desestructuran" las familias.

El deán también ha lamentado la "especie de mofa" que, según él, se ha hecho en torno a este caso y, aunque dice haberse "puesto en la piel" del prójimo, ha justificado que pese a que la Iglesia ha perdonado a Fernández Castiñeiras su abogado haya tenido que pedir una pena para el procesado. Pérez cree que el robo del Códice "afeó a todos", a la Catedral y a la propia ciudad de Santiago, pero también considera que les ha hecho mejorar. Así prometió presentar unas cuentas y una gestión "transparente, clara y modélica". El administrador de la Catedral asegura que ahora es "totalmente imposible" que volviese a ocurrir una masiva sustracción de dinero como la ocurrida entre 2000 y 2012.

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