La policía imputa 24 delitos a la banda del alunicero Bote Vargas

Hasta 24 delitos en los dos últimos meses. Eso es lo que imputa la policía a uno de los aluniceros más peligrosos de Madrid, Félix Bote Vargas (y no su hermano David, como informaron en un primer momento fuentes de la investigación y publicó este periódico), de 35 años, y al resto de su banda. Este conocido ladrón fue detenido en la madrugada del martes tras empotrar un BMW de la serie 5 contra la taberna Lual, en la calle del Marqués de Jura Real (Carabanchel).

Félix Bote Vargas protagonizó una persecución de 20 minutos y en la que participaron hasta una veintena de coches patrulla, tanto de la Policía Municipal como de la Nacional. Uno de ellos, incluso, chocó contra un camión de recogida de basuras y sus dos agentes resultaron heridos de carácter moderado.

Lograron arrestar a los fugitivos tras colocar una barrera de dos coches a la altura del kilómetro 5,400 de la autovía de Toledo (A-42). El BMW que conducían quedó destrozado y sus cinco ocupantes salieron corriendo. Tres de ellos fueron detenidos de inmediato, mientras que los otros dos, que se refugiaron en una casa de la calle de Cestona (Usera), lo fueron poco tiempo después.

El jefe superior de Policía de Madrid, Alfonso Fernández Díez, destacó la peligrosidad del grupo: “Todos, menos uno, tienen antecedentes, y algunos de ellos un largo historial delictivo”. Félix Bote Vargas acumula 125 detenciones, la mayoría por delitos contra el patrimonio (robos). Su hermano David cumple condena en la prisión de Mansilla de las Mulas (León), según fuentes policiales.

Al grupo de Félix se le imputan 13 robos con fuerza, cinco sustracciones de vehículos, un allanamiento de morada, tenencia ilícita de armas, atentado contra agente de la autoridad, hurto y dos órdenes de busca y captura. En concreto, se cree que sus miembros son los autores de numerosos robos cometidos con el método de alunizaje (empotrar un coche contra un escaparate) en la región. Solían elegir bares, de los que sustraían las tragaperras, y estancos. Siempre se llevaban las máquinas registradoras de los establecimientos.