_
_
_
_
_

Los partidarios y críticos de Gómez acentúan su división en Leganés

El grupo municipal, con mayoría de ‘rebeldes’ con la dirección regional del PSM, amaga con expedientar a los concejales que votaron en contra del polígono Legatec

José Marcos
Rafael Gómez Montoya.
Rafael Gómez Montoya. SAMUEL SÁNCHEZ

El PSOE acentuó su división en Leganés (188.000 habitantes), tradicional feudo socialista que el PP gobierna desde 2012 en minoría, con el enfrentamiento enconado y cada vez más nítido entre los partidarios y detractores de Tomás Gómez. La abstención la semana pasada de cinco de los ocho concejales socialistas en la ampliación del parque tecnológico de Legatec contribuyó a la ampliación de la segunda fase del parque tecnológico —proyectado precisamente por el PSOE en 2000—, yendo en contra de las directrices de Gómez. La votación desencadenó el último episodio de la bronca que caracteriza a la agrupación socialista de la quinta ciudad más poblada de la región desde mediados de la década pasada.

En respuesta a la amenaza de sanción propiciada por la dirección regional que podría desembocar en la expulsión de los rebeldes, Rafael Gómez Montoya, alcalde la pasada legislatura y portavoz actual del grupo municipal, expresó su intención de iniciar “en breve” el proceso para abrir un expediente disciplinario contra los tres ediles que votaron en contra de la aprobación definitiva del polígono empresarial. La reacción de Montoya inquietó sobremanera en las filas de Santiago Llorente, el secretario de la agrupación municipal y candidato en las próximas elecciones municipales, tras superar en las primarias a Montoya por sorpresa y un estrecho margen. Mientras Montoya fue un activo defensor de Pedro Sánchez en las primarias en las que resultó elegido secretario general, Llorente mantuvo un perfil más difuso. “La segunda fase de Legatec tiene lagunas y elementos opacos que hacen tener muchas dudas sobre el proyecto”, argumentó Llorente.

Montoya defiende la importancia de Legatec en una localidad “con 17.000 parados” y subraya que la Ejecutiva regional “no dio ninguna orden”, ya que la resolución “era del Comité Electoral Local, órgano encargado de dirigir la campaña y cuyas competencias no van más allá de la pegada de carteles, etcétera”.

El grupo municipal socialista se ha abstenido en las tres ocasiones que el expediente de Legatec ha pasado por el pleno de Leganés. Los ediles que votaron en blanco esgrimen que el expediente “no ha tenido ningún informe desfavorable” por parte de la Comunidad de Madrid “y cuenta con todos los informes favorables de los técnicos municipales”. Sus críticos les reprochan que con su voto perjudicaron a los trabajadores de Coca- Cola despedidos en Fuenlabrada.

El PSOE había firmado semanas atrás un convenio con los trabajadores de la embotelladora para garantizar que pospondrían a la próxima legislatura cualquier debate y apoyo al desarrollo de Legatec, precisamente donde se encuentra la planta logística de Coca-Cola. “El candidato [Llorente] ha utilizado el conflicto laboral de Coca-Cola para apartar a los que él considera sus contrincantes en la elaboración de las listas”, sostiene Montoya.

Síntoma de que el secretario de la agrupación local tampoco las tiene todas consigo, es que no logró el quórum necesario en el Comité Local de los socialistas de Leganés del pasado viernes (solo asistieron 15 de los 33 miembros) para expulsar a los ediles que se abstuvieron, yendo en contra de la disciplina propugnada por Gómez. Tampoco le beneficia no ser uno de los ocho concejales socialistas (el PP cuenta con 12 ediles, el partido independiente ULEG con cuatro e IU con tres).

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La ruptura del PSOE de Leganés viene de lejos y ha llegado a límites como permitir que el PP gobernara durante un mes la ciudad, alimentado por las divisiones internas y enfrentamientos personales entre las principales figuras del socialismo local. En julio de 2007, Llorente, por entonces concejal, y otros tres ediles, entre ellos Laura Oliva, se ausentaron del primer pleno municipal de Montoya como alcalde, que era decisivo para la organización del Gobierno local. Previamente la falta de acuerdo entre PSOE e IU había facilitado el Gobierno de la ciudad al PP, permitiendo que, durante 23 días, Guadalupe Bragado fuese la alcaldesa.

El PSOE no solo no les abrió expediente, sino que Llorente y Oliva siguieron durante esa legislatura como concejales, con una marcada actitud hostil hacia Montoya. En 2011, Gómez recompensó a Oliva con un puesto de diputada en la Asamblea de Madrid.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_