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El ‘caso Pujol’ agrieta el bloque soberanista y erosiona a Artur Mas

Un consejero de la Generalitat acusa a los republicanos de apuñalar a CiU

Artur Mas y Jordi Pujol, en 2013.
Artur Mas y Jordi Pujol, en 2013.Carles Ribas

El proceso judicial por fraude fiscal y evasión de capitales contra Jordi Pujol está agrietando el pacto soberanista entre CiU y Esquerra y lleva camino de convertirse en un tormento para el partido de Artur Mas hasta las anunciadas elecciones del 27 de septiembre. Los nacionalistas no esconden ya la desazón que les provoca que el partido de Oriol Junqueras haya obligado a Mas a declarar en la comisión de investigación del Parlament sobre el caso Pujol y la corrupción política en Cataluña.

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El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila se sumó ayer a los reproches contra los republicanos, de los que dijo que habían dejado a Mas “a los pies de los caballos”. En su opinión, “justo cuando estamos teóricamente pactando y acordando procesos electorales y de independencia, aprovechas y apuñalas al de delante”.

Sus críticas se suman a las que el martes hizo el consejero de la Presidencia y portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, que acusó a Esquerra de traición y de perjudicar el proceso soberanista por actuar así con Mas. Los republicanos han intentado no mezclar ambas cosas y argumentan que una cosa son las elecciones plebiscitarias previstas para septiembre y otra el caso Pujol.

Sin embargo, lo cierto es que tras esquivar en cuatro ocasiones la comisión de investigación, Mas habrá de soportar la embestida de la oposición por los casos de corrupción que aparecieron en los gobiernos de Jordi Pujol. En los tres últimos gabinetes, de 1995 a 2003, Mas fue consejero de Política Territorial, después de Economía y Finanzas y, finalmente, consejero primero de la Generalitat.

La explicación formal que viene ofreciendo el líder nacionalista desde que Pujol confesó su fortuna oculta en el extranjero es que se trataba de un asunto familiar y privado, pero, a la vista de la estrecha relación política y personal que ambos mantuvieron, nadie niega que la figura del presidente de la Generalitat se está erosionando con ese proceso judicial. Lo admitió sin reparos el propio Homs cuando confesó su “gran decepción y tristeza” por ver a Jordi Pujol entrando a declarar en un juzgado de Barcelona acusado de fraude fiscal y evasión de capitales, junto a su mujer y tres de sus siete hijos.

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El 'president' quiere distanciarse y pasar cuanto antes el trago de la comisión sobre el 'caso Pujol'

Convergència Democràtica y Mas han argumentado también, para quitar hierro a la imputación de Pujol, que el expresidente catalán no toma decisiones en el partido desde hace una década, pero su asistencia a todas las reuniones de la dirección y su presencia en las campañas electorales han sido una constante hasta hace nada. Pujol, además, fundó el partido que ahora lidera Mas, en noviembre de 1974, un aniversario que fue ignorado por la dirección actual. Y fue Pujol quien le designó sucesor, en la Generalitat y el partido.

Convergència mantuvo ayer un hermetismo total sobre la difusión de la grabación de Jordi Pujol interrogado en el juzgado. El expresidente intentó zafarse e insistió en que “ese dinero no procede de blanqueo de capitales ni relativo a la corrupción o comisiones ilegales, ni del erario público”. Era una “hucha”, para su esposa y sus hijos, porque en 1980 “tenía miedo” por la inestabilidad política de España y si tardó en confesar fue porque temía su repercusión.

Pujol atribuyó el origen del dinero a “las ganancias que su padre obtenía por la compraventa de dólares” e insistió varias veces a la juez que “no puede dar ninguna información respecto a las cuentas ya que desde un primer momento no quiso saber nada relativo a ellas”. Sin embargo, a preguntas del fiscal Pujol explicó que “siempre tenía alguna información” sobre la gestión de los fondos, porque fue él quien habló con el gestor de los mismos, Delfí Mateu, para que aceptara esa función.

Ajuste del calendario

Las prisas de Artur Mas por declarar con prontitud en la comisión de investigación se explican por su deseo de marcar distancias en el tiempo con Jordi Pujol y pasar ese trago cuanto antes. El expresidente catalán está llamado a declarar el 23 de febrero, junto a su esposa, Marta Ferrusola, y su hijo Jordi. El 2 de marzo comparecerán los hijos Oleguer, Oriol y Pere, y una semana después, los otros tres hijos: Josep, Marta y Mireia.

La comisión ha acordado ya cerca de 200 comparecencias, con una cita por semana. Dado que la fecha de disolución del Parlamento, por la convocatoria electoral, es el 3 de agosto, se impone una reorganización del calendario. Es lo que sucederá seguramente en la reunión del próximo lunes que ha convocado el presidente de la comisión, el diputado de la CUP David Fernández.

Seguramente será entonces cuando se sepa el día que Mas acudirá al Parlamento a dar explicaciones por todo: desde el saqueo del Palau de la Música y el beneficio que logró Convergència, hasta a la implicación de Oriol Pujol en el caso de las ITV.

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