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Los peores paisajes del siglo XXI

CentroCentro expone las imágenes del premio de Fotografía Humanitaria

Un hombre arropa a su nieta de ocho años durante un desahucio, el 26 de septiembre de 2013, en Madrid.
Un hombre arropa a su nieta de ocho años durante un desahucio, el 26 de septiembre de 2013, en Madrid.ANDRÉS KUDACKI

En la parte inferior de la imagen se ven dos mujeres jugando al golf sobre un magnífico césped verde. Están concentradas en la trayectoria que sigue la pelota hacia un hoyo cubierto por la sombra de las palmeras. En la parte superior de la fotografía una docena de inmigrantes están encaramados sobre la valla de Melilla, la frontera que separa a España de Marruecos; al mundo rico del mundo pobre. A la derecha, un agente sube unas escaleras para espantar a los subsaharianos. Ellas, las jugadoras, no parecen oír ni ver nada de lo que ocurre a escasos metros de sus cabezas.

La fotografía, titulada Paisajes de desolación, fue tomada por José Palazón el 22 de octubre del año pasado y fue la imagen ganadora del XVIII Premio Luis Valtueña de Fotografía Humanitaria, que organiza Médicos del Mundo. Los trabajos ganadores de esta última edición pueden verse en la sala de exposiciones del CentroCentro Cibeles, del Ayuntamiento de Madrid, hasta 1 de febrero.

Palazón, fotógrafo y activista humanitario, reside en Melilla. Fundador de la Asociación Pro Derechos de la Infancia (PRODEIN), ha recibido numerosos premios por su actividad en la defensa de los derechos humanos en la frontera de España con Marruecos. Como él mismo contó al recoger el galardón, no es la primera vez que retrata lo que ocurre en ese muro que muchos llaman de la vergüenza, pero nunca antes había capturado el drama de los que intentan pasar desde uno de los mayores símbolos de la riqueza occidental: un campo de golf.

Pero si el trabajo de Palazón es capaz de golpear el estómago de quienes lo contemplan, no les van a la zaga los reportajes gráficos de los finalistas. Andrés Kudacki, argentino afincado en España, expone una impactante serie de diez fotografías dedicada al cotidiano drama de los desahucios. Es el resultado de diez años asistiendo con su cámara a la dramática expulsión de las familias que no pueden afrontar el pago de sus pisos y son arrojadas a la calle.

David Rengel, con la serie titulada Turismo sucio, muestra a un grupo de turistas japoneses durante una visita guiada a un vertedero de Camboya, en el que con la mayor frialdad retratan a los niños que rebuscan en la basura y luego se suben a su autobús para seguir su ruta. Rengel, con la voz rota por el dolor, cuenta que descubrió este drama de manera casual. Fue a Camboya para realizar un reportaje sobre el trabajo infantil. El descubrimiento fue horroroso. “No sabía que se podía banalizar el mal de esta manera. Fueron los propios niños quienes me avisaron. Detrás de actos aparentemente inocentes como este, se oculta una terrible capacidad de hacer el mal”.

El trabajo del tercer finalista, Czuko Williams, también tiene que ver con la indiferencia y el desprecio del sufrimiento. Su serie de fotografías titulada Hotel de las estrellas, son diez imágenes de personas que duermen en la calle y que no merecen ni una mirada de quienes pasan delante de ellos rumbo a las tiendas o a los cajeros automáticos que les albergan.

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