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El PP insiste en recortar la Acadèmia Valenciana de la Llengua

Los populares suprimen la próxima sesión de control a Fabra en las Cortes

La Mesa y la Junta de Portavoces de las Cortes celebrada este martes.
La Mesa y la Junta de Portavoces de las Cortes celebrada este martes.

Mientras el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, asistía a un acto de la entidad secesionista denominada Academia de Cultura Valenciana, dos proyectos legislativos que dormitaban desde hace un año y medio fueron introducidos ayer por el PP en el orden del día del pleno de las Cortes Valencianas de la semana que viene. Se trata de los proyectos del Consell para recortar el número de miembros de dos órganos estatutarios, la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) y el Consell Valencià de Cultura (CVC).

El representante de los populares, Jorge Bellver, los justificó tras la Junta de Portavoces en criterios de “austeridad” y dijo que pretenden recortar de 21 a 15 los integrantes de esos órganos. Bellver negó que la iniciativa afecte a la independencia de la institución normativa del valenciano, contra la que arremetió sin éxito el Gobierno de Fabra hace un año porque reconoció en su Diccionari que el valenciano y el catalán son la misma lengua.

Sin embargo, el proyecto no solo prevé el recorte de miembros sino que dinamitaría el pacto lingüístico que dio origen a la AVL en 1998. Los integrantes de la Acadèmia fueron dotados de “inamovilidad” y se estableció que a los 15 años ya no serían renovados por las Cortes sino entre los propios académicos. El texto enviado por el Consell hace tabla rasa y pretende que los 15 académicos sean elegidos de nuevo.

Ninguno de los dos proyectos saldrá adelante, ya que se trata de organismos blindados por el Estatut d’Autonomia, que necesitan de una mayoría cualificada en la Cámara autonómica. La oposición rechaza de plano los dos proyectos. “Es una pérdida de tiempo”, comentó en ese sentido el portavoz socialista, Antonio Torres, que añadió que el PP solo persigue llenar de asuntos el orden del día del pleno con proyectos que tenía “aparcados” para justificar que Fabra no se someta la semana que viene a la sesión de control.

Los socialistas anunciaron, además, que pedirán la devolución del proyecto de Ley de Señas de Identidad y que no participarán en la comisión donde se debatirá. “Es un ataque claro y frontal al Estatut”, afirmó el diputado socialista Miguel Ángel Guillén, porque pretende incidir desde una ley ordinaria en cuestiones reguladas por la norma estatutaria. El parlamentario la calificó de “ley mordaza” porque prevé “perseguir a todo el que disiente de la versión oficial”.

Para Enric Morera, de Compromís, los proyectos obedecen a que “el PP quiere dinamitar nuestro autogobierno” y demuestran que “el Consell de Fabra está en la deriva de la confusión y la crispación”. Ignacio Blanco, de Esquerra Unida, dijo que los populares buscan “la política de la confrontación” con lo que calificó como un “neoblaverismo del siglo XXI que no tiene ningún sentido”.

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El popular Bellver respondió acusando de “pancatalanismo” a los grupos del “tripartito” en la oposición. Bellver justificó que un observatorio establezca quiénes respetan y quiénes no unas señas de identidad que incluyen fiestas como los bous al carrer, a efectos de recibir o no subvenciones y ayudas de la Administración. A la pregunta de si eso no atenta contra la libertad de opinión, respondió: “No lo veo bajo ningún concepto”. Por su parte, el socialista Torres respondió a la pregunta de si su grupo recurrirá la norma ante el Constitucional caso de que se apruebe: “No hará falta. Será otra de las leyes que derogaremos tras las elecciones de mayo. No vamos a perder un segundo”.

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