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Lucha de especies en el Retiro

Una fauna diversa se ha instalado en los árboles del parque

Una ardilla en el Retiro.
Una ardilla en el Retiro.SAMUEL SÁNCHEZ

El Retiro, además de ser un lugar de ocio emblemático para los madrileños, es un hervidero de vida, aunque no siempre visible. Tras los arbustos o en las copas y los troncos de los árboles habitan desde ardillas hasta aves migratorias, como el papamoscas o el cerrojillo, que encuentran en el parque histórico su hogar durante unos días, antes de proseguir su largo viaje.

Los patos y cisnes son las estrellas, sobre todo para los niños. Pero hay otros ojos que nos contemplan desde los árboles, bajo tierra, tras los arbustos o en los estanques: las ardillas, los topillos, los autillos (pequeños búhos), las lechuzas, la garza real, las percas (peces del estanque) o pajarillos como el carbonero y el herrerillo.

En los 1,28 kilómetros cuadrados del parque se pueden encontrar animales introducidos, no siempre de manera controlada, como el caso de la tortuga de Florida o la cotorra argentina. Esta población es fruto del abandono de sus dueños. Junto con los gatos, forman colonias de difícil control que dificultan la vida de otros animales silvestres autóctonos, como los autillos (pequeños búhos) o las lechuzas, cuya población se encuentra en recesión debido al deterioro de su hábitat.

Las ardillas forman parte de los animales introducidos por el Ayuntamiento. La población de estos roedores ha tenido sus altibajos, por lo que se han reintroducido en varias ocasiones. “Necesitan bosques tupidos de árboles, y no es el caso del Retiro, por ello no proliferan fácilmente en todo el parque, sino sólo en determinadas zonas”, explica Alberto Díez, del equipo educador del Centro de Formación y Educación Ambiental de El Huerto de El Retiro.

“En general, los madrileños son respetuosos con la fauna del Retiro, aunque hay algún caso aislado de vandalismo con agresión, sobre todo con las aves acuáticas”, explica Juan López, veterinario del servicio del Ayuntamiento, que cubre las necesidades sanitarias de la fauna del parque. Al año, son atendidos alrededor de 20 animales por traumatismos o enfermedades, así como a polluelos caídos del nido.

Los pavos (alrededor de 30) también son muy visitados en el jardín de Cecilio Rodríguez y por el parque se pueden ver garzas reales o cormoranes (pequeñas gaviotas). Pero, además, “hoy en día es asombrosa la cantidad de aves silvestres, como el carbonero, el herrerillo o el papamoscas, que hay en el centro de Madrid”, comenta Díez, que añade: “Son poblaciones muy estables porque hacen su casa donde más les gusta, en oquedades de los árboles viejos del parque”.

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Mariano Sánchez, uno de los conservadores del Jardín Botánico, afirma que el Retiro es el escenario de diversos eventos culturales, lúdicos y deportivos de Madrid, lo que supone una sobreexplotación y desgaste del suelo que afecta tanto a la fauna como a la flora del parque. Y añade que “necesita un plan director, que marque una serie de pautas sobre aspectos como la selección adecuada de plantas para cada zona del parque”.

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