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música

Una niña senegalesa inspira al grupo Otxandategi en ‘Abby Potxola’

La pequeña falleció antes de ser tratada de una enfermedad de riñon

Abby, la niña senegalesa que inspiró el disco del grupo Otxandategi.
Abby, la niña senegalesa que inspiró el disco del grupo Otxandategi.

Una niña senegalesa, que falleció poco antes de ser tratada de una enfermedad de riñón en Euskadi, ha inspirado al grupo vasco Otxandategi en el disco Abby Potxola. El proyecto tiene también un fin solidario y la formación vizcaína destinará un euro de cada copia vendida a las familias del grupo Jammu de Senegal.

La agrupación músico-vocal Otxandategi Abestaldea ha presentado este jueves este trabajo en San Sebastián. Se trata de una obra músico-vocal con 13 canciones que lleva al terreno del pop la música tradicional vasca y los sonidos africanos. El álbum ha sido grabado en euskera en los Estudios Tío Pete de Urduliz, en Bizkaia y cuenta con la participación de Njoba, padre de Abby e integrante del grupo Jammu.

Otxandategi Abestaldea lo componen un total de 28 voces mixtas y ocho músicos. En 2012 autoeditaron su primer disco titulado Berango. En un viaje de intercambio cultural con el grupo Jammu, los componentes del grupo conocieron a la pequeña Abby, que vivía pendiente de recibir un tratamiento que curase su enfermedad renal, por lo que Iñaki González, responsable de Otxandategi, inició los trámites para que la niña pudiera venir a Euskadi.

Mientras tanto, su padre y el resto de músicos de Jammu comenzaron a ser habituales en los diferentes espectáculos del grupo. Pero dos semanas antes de realizar el viaje, Abby sufrió una crisis que no pudo superar ya que su poblado estaba a 200 kilómetros de la capital, Dakar, y sus padres no tenían dinero para costear su traslado. Murió en marzo de 2013 a la edad de 17 meses, según ha explicado la formación.

Aquel trágico suceso puso en marcha este proyecto en memoria de Abby. El disco lleva al terreno de la música coral el cancionero popular vasco e internacional, con la novedad de que ha sido musicado con instrumentos propios del pop o del rock (batería, bajo, teclados y guitarras eléctricas) y del folclor internacional (percusión africana, guitarrón y charango boliviano).

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De las 13 canciones que componen la obra, en su mayoría cantadas en euskera, cuatro poseen letra propia. Una de ellas es el tema central del disco lleva el mismo nombre, Abby Potxola y cuenta con la colaboración a las voces en euskera de Njoba, el padre de Abby.

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