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La Iglesia recupera el dinero incautado al ladrón del ‘Códice’

La Audiencia ordena la transferencia a solo una semana del juicio en el que se resolverá si Castiñeiras sustrajo 1,7 millones de euros de las arcas de la catedral

Preparativos técnicos, el pasado martes, para el juicio del 'Códice', que se celebrará desde el lunes que viene.
Preparativos técnicos, el pasado martes, para el juicio del 'Códice', que se celebrará desde el lunes que viene.ÓSCAR CORRAL

La Catedral de Santiago ha recuperado el dinero intervenido al ladrón confeso del Códice Calixtino durante los registros efectuados en sus viviendas en el verano de 2012. Dos años y medio después del rescate del manuscrito medieval y una semana antes del comienzo del juicio en el que se resolverá si las sumas millonarias que acumulaba en casa el exelectricista Manuel Fernández Castiñeiras pertenecían a la Iglesia, la Audiencia Provincial de A Coruña ha ordenado la transferencia a favor del cabildo catedralicio. La orden, que se dio el pasado lunes, supuso el traspaso de 1.679.870,80 euros, además de 30.106 dólares estadounidenses, de una cuenta de depósitos del juzgado a otra de la que es titular la Iglesia compostelana. Estas cifras son el resultado de la suma de todas las presuntas cantidades robadas que el extrabajador del templo fue apuntando meticulosamente en sus diarios personales y sus anotaciones contables. Entre 2000 y 2012, en determinados años de forma compulsiva, supuestamente Fernández Castiñeiras sustrajo grandes sumas del templo. Las primeras anotaciones aparecen en pesetas, y tras la entrada en vigor del euro, siguió preocupándose de hacer la conversión a la vieja moneda y plasmar el resultado en el papel. Tal y como muestran las grabaciones registradas por la cámara de seguridad en los dos últimos años, incluso muchos meses después de haberse llevado el Códice Calixtino a su garaje de Milladoiro, el electricista entraba cada pocos días en el despacho del administrador de la catedral, abría la caja fuerte con la copia de la llave que se agenció y se embolsaba gruesos fajos de billetes.

Horas después de cada hurto, según reflejan sus diarios, se recogía a contar euros y dólares y a apuntar las nuevas sumas adquiridas en sus cuadernos, muchas veces en un habitáculo del que también se había apropiado en el interior de la catedral. En total, la policía nacional localizó 36 libretas de letra diminuta y ordenada que el procesado empezó a escribir el 3 de enero de 1994.

Con el nuevo milenio y hasta 2005, en sus diarios Fernández Castiñeiras comienza a anotar la palabra “saqué” seguida de una cifra de dinero que acostumbra a ser muy alta. Además, cada varios meses y a final de cada ejercicio, hace balance. Por ejemplo: “Hasta hoy, 273.530 [euros]; o sea, 45.511.562 pts”. El ictus que sufrió marcó una pausa en su presuntamente frenética actividad delictiva y cuando se recuperó ya no cumplió de forma tan pulcra con sus anotaciones.

Antes de 2005, sin embargo, lo que destacan son las voluminosas facturas que pasaba por sus trabajos a los responsables del cabildo catedralicio, a los del Seminario Mayor, al Palacio Arzobispal, a conventos y a otros clientes. En ocasiones, especifica que los pagos de algún particular son en negro para evitar el IVA. Según fuentes de la investigación, Castiñeiras desarrollaba su actividad profesional al margen de la Agencia Tributaria. Y eso a pesar de que Hacienda también llegó a ser su clienta. Entre el aluvión de documentos que aportó la defensa del electricista para justificar sus ingresos, el sumario recoge facturas por trabajos en la delegación de Compostela.

Fuentes judiciales explican que la devolución del dinero incautado a los supuestos autores de un robo es una práctica “cada vez más frecuente” en los tribunales españoles. No obstante, la Iglesia aún tendrá que demostrar en el juicio que el dinero le pertenecía, y explicar cómo no detectó la falta de cantidades tan elevadas o, en caso de haberlo hecho, por qué no denunció nunca los hurtos. Antes de que la Audiencia ordenase la transferencia, según un portavoz oficial del Tribunal Superior, el cabildo tuvo que “presentar un aval bancario para garantizar que puede responder de la devolución” en caso de que la sentencia resulte favorable a los intereses del electricista. Su abogada pretende demostrar, con las facturas y un informe pericial elaborado por un técnico, que las cantidades incautadas son fruto de su trabajo y su afán ahorrador.

La orden de transferir el dinero intervenido desde el depósito del juzgado a la cuenta de la catedral ya fue dada por el magistrado que dirigió la investigación, José Antonio Vázquez Taín, antes de cerrar la instrucción. Sin embargo, la letrada de Castiñeiras, Carmen Ventoso, recurrió, y la Sección Sexta de la Audiencia Provincial, con sede en Santiago, que será la encargada de juzgar el caso, todavía resolvió recientemente desestimar el recurso contra la entrega de los 1,7 millones. La transferencia estaba prevista para finales de diciembre, lo mismo que la celebración del juicio (que se aplazó), pero finalmente se dio la orden esta semana.

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