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Rechazada la consulta sobre el monumento franquista de Tortosa

CiU, PP y PxC votan en contra de preguntar a los vecinos sobre la obra de la batalla del Ebro

Ferran Bel, alcalde de Tortosa, Tarragona, en las escaleras del ayuntamiento.
Ferran Bel, alcalde de Tortosa, Tarragona, en las escaleras del ayuntamiento.Josep Lluís Sellart

El pleno del Ayuntamiento de Tortosa (Baix Ebre) rechazó este lunes a última hora celebrar una consulta ciudadana para decidir el futuro del monumento alzado en honor a los caídos del bando nacional en la batalla del Ebro. La obra, inaugurada en 1966 por el dictador, es el monumento franquista de mayores dimensiones conservado en Cataluña. Ningún alcalde se ha atrevido a retirarlo dado que el debate crea polémica entre los vecinos.

Los ediles de CiU, que gobierna la localidad, el PP y Plataforma per Cataluña, ambos en la oposición, votaron en contra de celebrar una consulta ciudadana. Los convergentes alegaron que la propuesta es “electoralista”. La moción que reabrió el debate sobre el monumento fue presentada por el grupo municipal de ICV-EUiA y recibió el apoyo de los ediles del PSC y ERC. Sin embargo, al no conseguir suficientes votos, la moción no prosperó. El monumento franquista periódicamente es objeto de debate en el pleno de Tortosa. Con el paso de los años se ha convertido en un arma arrojadiza entre los partidos políticos, quienes se culpan mutuamente de no afrontar el futuro del monolito.

El portavoz de los ecosocialistas, Jordi Jordan, aseguró que el tema es “tabú”. Pero Jordan alega que el plan para renovar la fachada fluvial de Tortosa contempla la construcción de una pasarela de viandantes sobre la pilastra que sostiene en la actualidad el monumento, con lo que piensa que es el momento de afrontar el debate. En cambio, el alcalde de Tortosa, Ferran Bel, acusa a ICV de haberse apropiado de la propuesta del equipo de gobierno local y afirma que la idea de la consulta es de CiU. A pesar de ello, Bel tumbó la moción afirmando que el problema debe solucionarse en “positivo” y sin reabrir el debate a cinco meses de las elecciones municipales. Los convergentes también acusaron a ICV de no haber asumido el futuro del monumento mientras gobernaban la localidad, hasta el año 2007.

La escultura, encargada al artista Lluís Maria Saumells, fue levantada en mitad del río, en concreto sobre la pilastra del antiguo puente de la Cinta, volado en 1938 durante la contienda. La obra mide 45 metros de altura y se erige sobre una pilastra de hormigón desde la que se alzan dos puntas de hierro piramidales. La más alta tiene una gran cruz adosada en uno de los ángulos coronada por una estatua que representa a un soldado español guiado por una estrella, a la que toca con el brazo derecho levantado. La punta pequeña finaliza con la figura de un águila con las alas extendidas. Tras la muerte del dictador la obra ha ido perdiendo los símbolos más abiertamente fascistas, como el anagrama “Víctor” que sostenía el águila.

En 1986 se ordenó quitar la inscripción que presidía la obra alusiva al “Caudillo de la cruzada y la paz”. En 2008 el Ayuntamiento se deshizo de tres placas alusivas a la inauguración y a los caídos del bando nacional. En la actualidad ninguna administración se hace cargo de la conservación del monumento, que se ha convertido en objeto de sabotajes y de gamberradas.

En 2010 CiU y PP ya se aliaron para frenar el derribo de la construcción al no apoyar en el pleno una petición de la entidad cívica Casal Popular Panxampla que instaba retirarlo. La propuesta de la entidad estaba avalada con la firma de 856 ciudadanos y reclamaba el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. Todos los grupos apoyaron la petición menos el PP y CiU, que la tachó de “electoralista”.

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