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Valderas enfría la tensión con Díaz

El vicepresidente decidirá “con tranquilidad pasmosa” si viaja a Tinduf

Lourdes Lucio
Diego Valderas, en el Parlamento, en diciembre de 2013.
Diego Valderas, en el Parlamento, en diciembre de 2013.JULIÁN ROJAS

El vicepresidente de la Junta, Diego Valderas (IU), se va a tomar un “periodo de reflexión con tranquilidad pasmosa” sobre su anunciado viaje, sin fecha precisa, a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia), después de la reiterada negativa de la presidenta andaluza, la socialista Susana Díaz, a que nadie del Gobierno de coalición visite la zona con el pasaporte de la Junta en la mano. Ambos dirigentes abordaron este martes antes del inicio de la reunión del Consejo de Gobierno, en una conversación de unos diez minutos, la tirantez generada en el Ejecutivo por este asunto.

Con todos los focos encima, Valderas optó por quitarse la presión. No dio un paso adelanto en su intención de viajar a Tinduf, pero tampoco atrás. Lo que decida se lo comunicará a la presidenta y al comité de enlace del PSOE e IU. En el Gobierno andaluz están convencidos de que si acude a los campamentos de refugiados no lo hará con el uniforme de vicepresidente, sino de dirigente y diputado de IU, después de oír de nuevo la “posición oficial” de Díaz, enfatizó en varias ocasiones el portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Vázquez. Valderas no se ha puesto una fecha para dar una respuesta, se lo tomará sin prisas y con “serenidad pasmosa”, indicaron fuentes próximas al vicepresidente.

No obstante, la polémica por la hipotética visita no deja de ser la espuma de la tensión entre el PSOE e Izquierda Unida, en el que cada socio responsabiliza al otro de ser el causante de una situación que aún nadie se atreve de calificar de crisis de Gobierno, término que sí utilizaron por el conflicto surgido con el realojo de la Corrala Utopía.

Díaz ha hecho saber en varias intervenciones públicas que no está dispuesta a que IU le ponga fecha de caducidad al Gobierno que ella preside con la celebración de un referéndum entre sus militantes para evaluar si continúan en la Junta. Esta consulta no tiene fecha —se decidiría en junio— y además está condicionada al cumplimiento de un paquete legislativo de cinco iniciativas como la de la banca pública. Con esta decisión, IU abonó el terreno para una posible ruptura del pacto de Gobierno, presionada por sus siempre inquietas y contestatarias bases, agitadas a su vez por el ascenso demoscópico de Podemos, aunque el coordinador de IU, Antonio Maíllo, mantiene que él lo que pretende es que se cumpla el pacto no que se rompa.

Desde el PSOE se asegura que Díaz no va a consentir ningún pulso de sus coaligados y que si la escalada de tensión continúa está dispuesta a cortar por lo sano y convocar elecciones.

La disolución anticipada del Parlamento andaluz a más de un año de que se agote la legislatura necesita forzosamente de un argumento potente que lo explique a los electores y la duda está en si un viaje sin fecha o una consulta interna no celebrada pueden presentarse como credenciales. Además, tanto al PSOE como a Izquierda Unida preocupa mucho quedar como responsables de la ruptura. El portavoz del Gobierno como el día anterior el número dos del PSOE, Juan Cornejo, no contestó a la pregunta de si está en riesgo la estabilidad del Gobierno. Esa incertidumbre también la comparten algunos consejeros socialistas. Vázquez defendió que “hasta ahora” el Gobierno ha tenido estabilidad.

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La otra cuestión son los plazos de la convocatoria anticipada, constreñidos por las limitaciones legales de las elecciones municipales del 24 de mayo.

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