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Educación reduce el ritmo de supresión de aulas

Las unidades de de Educación Infantil siguen a la baja en la propuesta de planificación del curso 2015-2016

El pequeño colegio de Educación Primaria e Infantil (CEIP) Ballester Fandos, en el distrito marítimo de Valencia mantendrá el próximo curso las mismas unidades escolares que el presente. Es decir, las dos de Infantil y seis de Primaria que le quedaron en catálogo tras suprimirle la Consejería de Educación la única aula de primero de Infantil, de tres años, que supone la vía de entrada de nuevos alumnos.

Así lo refleja la propuesta de “arreglo” escolar (forma coloquial de llamar a la planificación escolar pública del próximo curso en la Comunidad Valenciana) que la Consejería de Educación remitió ayer a los sindicatos e hizo pública. Con la propuesta en la mano, el director de este colegio, Vicent Ripoll, muestra el alivio que supone mantener el catálogo de unidades escolares un curso más. No es para menos, puesto que cuando a un centro le suprimen el aula de tres años, teme que al año siguiente le supriman la de cuatro, en una deriva que puede acabar en la desaparición del centro. Así ha sucedido este curso con el Ciudad de Oviedo de Torrevieja y el Josep Camarena de Gandia.

Algo ha cambiado en este nuevo arreglo, tras un año de protestas constantes por la eliminación de unidades del año pasado. El comunicado del sindicato mayoritario, el STEPV, era claro: “El arreglo escolar para 2015-16 resulta positivo después de dos años de recortes brutales”. Según este arreglo provisional, en el cómputo global, se suprimen alrededor de 150 unidades, la mayoría de Educación Infantil; se crean cerca de 100, y se habilitan (es decir, se autorizan provisionalmente por un solo curso) más de 250 unidades. Por provincias y proporcionalmente, el saldo de la provincia de Alicante es el más negativo.

Esas son las cifras globales. Pero cada colegio es un mundo. Para mantener sus ocho unidades, el CEIP Ballester Fandos, por ejemplo, ha tenido que solicitar la calificación de CAES (Centro de Acción Educativa Singular). Para su director, esta tabla de salvación supone profundizar en el proyecto de centro, que constituye un referente en el barrio de la Malva-rosa, sin más recortes. “La clave está en las ratios”, aclara. Con los actuales niveles autorizados, que elevan a 30 el número máximo de alumnos posibles en un aula de Infantil o Primaria, este centro no hubiera aguantado el tirón y hubiera perdido un aula más el próximo curso.

Un CAES, sin embargo, no puede tener más de 20 alumnos por grupo y los niveles mínimos de alumnos por unidad son mucho más bajos. Pueden juntarse dos unidades con 16 alumnos en Infantil, y con 26 alumnos, en Primaria, sin que ninguna de ellas sea eliminada. Otro centro en la provincia de Alicante y cinco en la de Valencia han optado a convertirse en CAES.

Vicent Ripoll, que preside la Asociación de Centros de Infantil y Primaria de Valencia, considera que la Consejería de Educación ha optado por “un arreglo más comprensivo que en años anteriores”. El portavoz del STEPV, Marc Candela, recalca que los recortes de unidades de los dos años precedentes han sido “consecuencia de las modificaciones normativas que conllevaron el aumento de ratios” y que el nuevo arreglo escolar “frena esta tendencia y, por tanto, el saldo de unidades es finalmente positivo”. En Educación Infantil, no obstante, el saldo continúa siendo negativo, aunque en menor medida que en el curso actual.

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El STEPV insiste en que los recortes pasados obedecieron al aumento de ratios y no a la bajada de la natalidad como argumentó la Administración. “Los datos del padrón desmienten esta afirmación”, replica el sindicato, “ya que los nacidos en 2012 en el País Valenciano (que se incorporarán en Infantil al año que viene) son 47.574 niños, mientras que en 2010 fueron 49.350, y un año antes, 48.358”. Así pues, pregunta el STEPV, si en septiembre de 2015 “se prevé que se incorporen en Infantil menos niños, ¿cómo es que hay un recorte menos significativo que en cursos anteriores?”.

La Consejería de Educación presumía en un comunicado de que “un curso más, las unidades creadas o habilitadas superan a las unidades suprimidas, a pesar de que se prevé un descenso de alumnos en Educación Infantil”.  A pesar de ello, hay colegios que pierden aulas de infantil sin cesar. El caso del Ciutat de Cremona, de Alaquàs, es el más significativo. Tras perder este curso el aula de tres años que le quedaba, en 2015-16 Educación prevé eliminar tres más de esta etapa inicial.

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