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Cinco mercados municipales al borde del cierre en la Comunidad

La Cámara de Cuentas refleja que son inviables y añade dos más en peligro

Una galería de alimentación de la capital, en octubre del año pasado.
Una galería de alimentación de la capital, en octubre del año pasado.SAMUEL SÁNCHEZ

La Cámara de Cuentas de Madrid aprobó hace tres semanas un informe, al que ha tenido acceso EL PAÍS, en el que fiscaliza la situación de los mercados municipales en 2013 (con datos actualizados en 2014). Según este examen, sólo hay 58 mercados, en 13 localidades (la mayoría, 46, en la capital), con una “importancia económica prácticamente residual”. En 2013, incurrieron en pérdidas 10 de ellos; además, había 16 que no estaban al corriente de pago, con una deuda global de 780.000 euros. Hay cinco instalaciones que los propios Ayuntamientos consideran inviable mantener como servicio público: los mercados de Colmenar, Villarejo y Galapagar, y, en la capital, los de Doña Carlota y Orcasur; pero también peligran los de Bami y San Cristobal.

Incumplimiento legal. La Cámara de Cuentas refleja que, aunque hasta enero de 2014 todos los municipios de más de 5.000 habitantes debían tener mercado, tan sólo 12 de las 80 localidades de la región cumplían la ley. Ahora sigue siendo una competencia municipal, pero ya no es obligatoria.

Tienen mercado Alcalá de Henares, Alcobendas, Aranjuez, Arganda, Campo Real, Colmenar Viejo, Galapagar, Navalcarnero, San Fernando de Henares (aunque está cedido a una cadena de supermercados), San Lorenzo de El Escorial y San Martín de Valdeiglesias. La capital tiene 46 mercados, sumando así 58 en toda la región, que cubren el 16% de municipios de más de 5.000 habitantes y el 61% de la población.

Los otros 67 Ayuntamientos (entre ellos, Móstoles, Leganés, Getafe, Fuenlabrada o Alcorcón, con más de 170.000 habitantes cada una) no cumplían la ley ni habían pedido dispensa alguna.

Mayoría de gestión privada. Sólo seis mercados (Alcalá, Campo Real, Galapagar, Navalcarnero, Villarejo y San Martín) son gestionados directamente por el municipio. El resto está cedido a privados en concesiones que se remontan hasta 1962 (la media son 21 años de antigüedad). Hay 13 ubicados en edificios protegidos por su valor histórico-artístico, 10 en Madrid y los otros en El Escorial, Aranjuez y Navalcarnero.

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Peso económico “residual”. La Cámara de Cuentas sólo ofrece datos de ocupación de los seis mercados gestionados de forma directa. Del total de 99 puestos ofertados en esas localidades, hay ocupados 66; en Galapagar, el mayor de ellos, hay 20 ocupados y 16 vacantes; San Martín de Valdeiglesias es el único con más puestos vacíos (ocho) que activos (cinco).

De los mercados de gestión indirecta se ofrece el número total de puestos (3.326, de los que 3.119 corresponden a Madrid); la mayoría (2.843) son de alimentación.

El informe sí refleja la situación contable de todas las instalaciones de la región, recalcando “su escasa importancia económica, prácticamente residual”, en el presupuesto (en Madrid, suman el 0,02% de ingresos corrientes).

800.000 euros de deuda. Reflejaron pérdidas en 2012 y 2013 los mercados de Galapagar (23.787 euros, sumando ambos ejercicios), Navalcarnero (60.268 euros), Villarejo (4.956 euros), El Escorial (21.159 euros) y el conjunto de los 46 de la capital (163.341 euros). En cuanto a la deuda, a 1 de enero de 2014 había 16 mercados que no estaban al corriente de pago, con unos números rojos globales de 779.274 euros (un 44% más que en 2013).

La mayor parte de esa deuda corresponde a la capital (734.395 euros), y en particular al mercado de Las Ventas (debe 419.293 euros, no paga su canon desde 2005 y está en quiebra) y al de Pacífico (95.108 euros, que según el Ayuntamiento abonó en 2014).

Cinco mercados inviables. El informe incluye la opinión de los Ayuntamientos sobre el impacto económico, laboral y social de sus mercados, y sobre su viabilidad futura como actividad pública. En conjunto, en la región hay nueve instalaciones (el 16%) a las que se considera irrelevantes tanto en cuanto a actividad económica como empleo; siete (el 12%) que carecen de peso social; y cinco (el 9%) que se juzgan inviables.

Fuera de la capital, el mercado peor valorado es el de Colmenar, inviable y sin peso económico, social o laboral; no responde además a las expectativas de los ciudadanos, tiene un bajo arraigo y tenderá a languidecer. El de San Fernando tampoco tiene peso económico, social o laboral, pero el Ayuntamiento no opina sobre su futuro. El de Villarejo carece de relevancia en esos aspectos y es considerado inviable. El de Galapagar también es inviable como actividad pública y no responde a las expectativas ciudadanas, pero sí se considera relevante en su aspecto económico, laboral y social. Por último, el de Campo Real carece de relevancia en esos tres aspectos pero se considera viable y se augura que seguirá creciendo.

Dificultades en la capital. En Madrid, el mercado de Bami (en el distrito de Ciudad Lineal) suspende en relevancia económica, laboral y social, se considera con bajo arraigo, no responde a las expectativas ciudadanas y no puede competir con el resto de comercios del barrio. Aun así, se apuesta por su viabilidad como servicio público. El mercado de Doña Carlota (Puente de Vallecas) suspende también en esos aspectos, y en este caso el Ayuntamiento cree que está condenado a languidecer y ve inviable mantenerlo como actividad pública.

El mismo veredicto recibe el mercado de Orcasur (Usera). Por último, el de San Cristobal (Chamartín) se considera sin relevancia en cuanto a actividad económica o empleo, y con poco arraigo; no responde a las expectativas ciudadanas y tiene difícil competir con el resto de comercios del barrio, pero se considera viable y se augura que no irá a menos.

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