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Peluches manchados de xenofobia

Españoles en Acción reparte juguetes “preferiblemente a niños españoles” en Velilla de San Antonio

Pablo León
Varios miembros de Españoles en Acción reparten juguetes anoche en la Plaza Mayor de Velilla.
Varios miembros de Españoles en Acción reparten juguetes anoche en la Plaza Mayor de Velilla. JULIAN ROJAS

“Nos vamos a ir de aquí”, dice una madre a su hija en la plaza de Velilla de San Antonio. La niña no entiende nada. Llevan un rato esperando la entrada de los Reyes Magos en el centro de la localidad, de 12.000 habitantes. Pero antes que sus majestades, cuatro chavales, cargados con tres bolsas, se acercan a la fuente, sueltan los sacos y con cinta aislante pegan dos carteles: Españoles en Acción. De las bolsas asoman peluches y juguetes y los niños, atraídos por los presentes, no esperan ni a que se abran para acercarse. Los padres dudan. Unos acompañan a sus hijos; otros, se los llevan. “Tus regalos llegarán mañana”, dice tajante un padre. “No quiero que mi familia tenga nada que ver con esto”, añade. El motivo de su recelo: la vinculación de Españoles en Acción con el partido de extremaderecha España 2000 y su intención inicial de repartir juguetes solo entre niños españoles.

“No vamos a quitarle la ilusión a ningún niño, sea de donde sea”, responde Pedro Jesús Espada, de 28 años, en nombre de la organización. “Los chavales no tienen la culpa de que a sus padres les primen en las subvenciones y en las becas”, matiza. La polémica con el reparto de juguetes comenzó el segundo día de 2015, cuando en este municipio del Corredor de Henares comenzaron a aparecer carteles que animaban a las “familias españolas necesitadas” a recoger juguetes al día siguiente en la plaza del pueblo.

La agrupación había obtenido permiso del Ayuntamiento de la localidad, gobernado por el PP, para hacer esta actividad en la vía pública. Antonio Montes, candidato de IU a las próximas elecciones, opina que el grupo “nunca ha escondido su vinculación con la extremaderecha”. “El alcalde sabe quiénes son”, añade. Su partido fue el primero en dar la voz de alarma sobre esta acción. “En San Fernando han intentado hacer algo parecido, pero se les denegó el permiso. No sé por qué en Velilla se lo han permitido. Ha debido de ser una equivocación”, continúa.

“Atiendo todas las solicitudes que me llegan”, contesta el alcalde popular, Julio Alarilla. “La asociación está vinculada a España 2000, pero pedí la información pertinente a la Policía Local y no encontramos ningún impedimento legal para permitirla”, agrega. “Es cierto que son un colectivo con tintes xenófobos y que les he abroncado porque no voy a consentir que se cuelguen carteles con mensajes que rallan la legalidad y la decencia. Pero, gusten más o menos, si cumplen con la ley tienen derecho a realizar una acción en la vía pública”, continúa el alcalde.

El sábado se hizo la entrega de juguetes. A pesar de que poseían varias bolsas llenas, solo unas pocas familias acudieron a la llamada. “Decidimos donar el resto. La mitad, a Cáritas. El resto, a Protección Civil. Queríamos repartirlo desde una de las carrozas de la cabalgata con un par de banderas”, cuenta Espada. Cáritas aceptó los juguetes; Protección Civil, en un primer momento, también, pero horas antes de la cabalgata, anunció, vía Twitter, que no iba a repartir los regalos donados por la organización. “Nos tildan de xenófobos, pero la acción es buena”, dice Julio Moratalla, cerrajero de 23 años. También pertenece a Españoles en Acción, que tiene unos 15 miembros en la localidad. “Si no, la gente no habría colaborado con nosotros”, añade. “En los carteles en los que animaban a donar, no indicaban que la entrega se iba a realizar solo a españoles. La gente, de buena fe, colaboró con ellos. Luego, cuando vieron que era un reparto xenófobo, muchos se arrepintieron”, resume Ángela Vallejo, secretaria general de Podemos en la localidad. “Otros no”, apunta con cautela una vecina.

La negativa a formar parte de la cabalgata y al reparto de sus regalos no les desanimó. Al revés. “Vamos a darlos en la plaza del pueblo a cualquier niño, sin distinción de raza ni nada”, planeaba Espada. Así, minutos antes de que Sus Majestades hicieran su entrada, los cuatro chicos tomaron la fuente y sus alrededores escandalizando a unos y convenciendo a otros. “Les conozco y me parece una buena iniciativa”, dice Katherina. Es ucrania y madre de dos hijas. Ambas llevan sendos peluches en sus manos. “Esto es nuevo aquí. España 2000 tiene un concejal en Alcalá de Henares y su brazo social [Españoles en Acción] pretende infiltrarse en los pueblos de los alrededores con este tipo de acciones. Lo hemos denunciado porque esto es un enfrentamiento entre la sociedad civil y la ultraderecha”, concluye el representante de IU. Mientras tanto, la cuadrilla de Españoles en Acción, encantada. En 10 minutos se habían quedado sin juguetes; su acción había salido en todos los medios. “Aunque nos llamen ultras, por una parte está bien”, dice Espada. Les ha dado repercusión.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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