El alcalde Trias pide a los Reyes que ayuden a salir de la crisis

Los Reyes Magos volvieron a poner ayer las calles del centro de Barcelona hasta la bandera de niños con los ojos como platos en una cabalgata que 5 de enero tras 5 de enero atrae a más de medio millón de personas. Este año 600.000 asistentes, según el Ayuntamiento. Da igual que detrás de las filas de los más pequeños algunos de sus progenitores aparten el espíritu navideño y casi se líen a tortas en la dura pugna por cada medio metro cuadrado; lo importante es la emoción ante el espectáculo previo a la noche más mágica.

El desfile de este año estrenaba carrozas, vestuario —siempre súper creativo y de impecable ejecución— y músicas. Entre las novedades, la estupenda coreografía de las campeonas del mundo de patinaje del Club Patí de Olot. Preciosos sus sombreros con estrellas plateadas iluminadas. Tampoco faltaron la sugerente carroza de correos o los carteros que desplazan buzones en bici.

En la cabalgata de Barcelona participan 1.300 personas entre bailarines, actores, voluntarios y colectivos de cultura popular que ocuparon 800 metros en un desfile dividido en 11 bloques. Como el año pasado, solo las carrozas del final tiraron cuatro millones y medio de caramelos, aptos para celíacos, que hasta los Reyes tienen que estar al loro en cuestiones de alergias.

La comitiva de Melchor, Gaspar y Baltasar la abría un bloque dedicado a la ciudad de Barcelona, con taxis negros y amarillos y un skyline y ventanas desde las que se podía ver qué pasa en las casas la noche de Reyes. El bloque de la Estrella de Oriente contaba con una nueva coreografía que ejecutaron los bailarines de la compañía La Veronal y estudiantes del Instituto del Teatro

1.300 personas participan en el desfile de Barcelona, que se alarga 800 metros

En las carrozas de los tres reyes también hubo novedades. Cuatro norias que transportaban regalos en la del su majestad Melchor; un enorme mono de peluche en la de Baltasar y encantadores de serpientes en la de Baltasar.

El rey Melchor, con un asombroso parecido al concejal republicano Jordi Portabella —que este año se despedirá del Ayuntamiento—, y su majestad Gaspar, cuya fisonomía recordaba a la del actor Joan Pera, lo dieron todo saludando y lanzando besos al público. El rey Baltasar aparentaba más veteranía sentado en su espectacular trono de reminiscencias africanas.

En el Moll de la Fusta, en el discurso de bienvenida a los Reyes llegados por mar, el alcalde, Xavier Trias, les aseguró que los chavales de Barcelona se portan muy bien. Y en tono solemne les recordó, como el año pasado, que la ciudad atraviesa “tiempos difíciles” y que “hay familias que lo pasan mal”. Así que, en su carta, el alcalde les pidió “oportunidades para salir de la crisis. Que 2015 sea un año solidario y lleno de esperanza para los niños y niñas, que son el alma de la ciudad”.

Igualada quiere que su cabalgata sea declarada Patrimonio de la Humanidad

Fue antes de entregarles la llave de la ciudad, que abre las puertas de todas las casas. Incluso la de una niña que en su carta indicaba la dirección y avisaba de que “se puede entrar por la calle de delante y por la de atrás”.

Más allá de Barcelona, la noche de Reyes de este 2015 será especial en ciudades como Girona o Igualada. En Girona, conmemoran el 75 aniversario de los Manaies, la entidad que organiza la rúa, y ha sido la ciudad elegida por TV3 para retransmitir la fiesta. En Igualada, la ciudad se ha volcado en el objetivo de que la UNESCO declare Patrimonio de la Humanidad su cabalgata, la más antigua de Cataluña, en la que centenares de pajes entregan en mano los juguetes en casa de las familias.