_
_
_
_
_

El corralito de la ‘street food’

Las furgonetas de comida callejera reivindican espacio libre en la ciudad

Rosa Rivas
Uno de los puestos de comida ambulante de Madrid.
Uno de los puestos de comida ambulante de Madrid.

A diferencia de otras ciudades del mundo donde las furgonetas de comida o food trucks circulan por las calles sin problemas, avisando a la clientela vía Twitter y colgando fotos de sus especialidades en Instagram, en Madrid tienen que limitarse a un espacio privado. La legislación actual sobre venta ambulante les encierra en un corralito. Pero sus partidarios aquí, muchos, quieren que se modernice la regulación sobre la gastronomía móvil que, dicen en el sector, “ha venido para quedarse”.

“Trabajamos por una comida callejera de calidad. Queremos abrir la calle al talento gastronómico y situar a Madrid al mismo nivel en cuanto a street food que otras capitales europeas como Londres o Berlín”, aseguran los promotores del colectivo Street Food Madrid. Este pasado fin de semana juntaron en Matadero Madrid, en el Mercado de Oficios, a 13 de sus asociados: desde camiones vintage a vehículos nuevos, con distintas propuestas culinarias, desde lo cañí a lo thai. Además de luchar por un cambio legal, el colectivo asesora a quienes quieran emprender esa aventura.

Hay ya chefs famosos y con estrellas Michelin enganchados a la street food, como Ricardo Sanz, de Kabuki que tendrá un puesto móvil en la segunda edición del mercado MadrEat, los próximos 20 y 21 de diciembre. Después de concentrar en octubre a unos 15.000 visitantes en el Jardín Botánico de la Complutense, la iniciativa se instala en el complejo Azca. La cita es ambiciosa: 44 puestos. Cuenta con el liderazgo del inquieto Estanis Carenzo (Sudestada), con sus camionetas de cervezas La Virgen y la fusión asiática-americana de Chifa. También están más chefs estelares como Iván Muñoz (Chirón) —a probar el yogurt de morcilla— o Iván Domínguez (Alborada), con empanadas y un espacio pulpeiro.

Un reciente filme, Chef (dirigido y protagonizado por Jon Favreau) se centró en una camioneta salvadora de negocio y vida personal de un chef venido a menos. Y esa oportunidad de crecimiento profesional para cocineros, ya sean jóvenes o veteranos, se vislumbra en todos los continentes. ¿Por qué no aquí, en el foco de la vanguardia gastronómica?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_