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Fabra renuncia a pedir el aval de los ‘barones’ del PP a su candidatura

El presidente logra una tregua para no escenificar la división existente

Alberto Fabra acude a la sede del PP tras reunirse con sus tres presidentes provinciales.
Alberto Fabra acude a la sede del PP tras reunirse con sus tres presidentes provinciales.Mònica Torres

El presidente de la Generalitat y del PP valenciano, Alberto Fabra, alcanzó ayer una tregua con sus tres presidentes provinciales —Alfonso Rus, José Ciscar y Javier Moliner— para dejar de airear en público la división interna. Los cuatro posaron, tras un tenso almuerzo que se prolongó durante algo más de dos horas, en la sede del PPCV para escenificar que la unidad del partido está por encima de sus intereses personales.

Para lograr esa imagen de unidad, Fabra tuvo que renunciar a la pretensión de que los barones lo avalen por escrito como candidato del PP a la presidencia de la Generalitat. Un apoyo que el vicepresidente del Consell y presidente provincial de Alicante, José Ciscar, no está dispuesto a facilitar si Fabra no le corresponde en su pretensión de aspirar a la presidencia de la Diputación de Alicante. También mostró sus reticencias Alfonso Rus, que cuestiona la gestión de Fabra y no quiere darle un cheque en blanco como candidato cuando Génova todavía no se ha posicionado. Más conciliador se mostró Javier Moliner que desde Castellón no oculta su preocupación por el deterioro de la marca PP.

“No podemos estar cuestionando de forma permanente algo [la candidatura a la presidencia de la Generalitat] que lo único que hace es debilitarnos”, argumentó Fabra, que añadió: “Al final tomará la decisión quien la deba tomar, como dicen los estatutos, pero no podemos estar todos los días hablando de lo mismo. En la comida pretendía zanjar esa cuestión. No hablemos de cuestiones que no dependen de nosotros”.

Fabra admitió que renuncia a recabar avales para reforzar su candidatura en Génova tras admitir: “El mejor documento es estar los cuatro en la foto”. “El PP tiene muchas cosas que decir, no cabe que estemos en los medios de comunicación por cosas que desvían la atención de los problemas”.

“No podemos cuestionar algo que lo único que hace es debilitarnos”

El jefe del Consell intentó preparar la reunión el día anterior. Se reunió primero con Rus y luego con Ciscar pero apenas pudo rebajar la tensión. Ayer logró que todos guardasen las formas, pero la tensión subterránea persiste. El entorno de Fabra acusa a Ciscar de deslealtad y falta de franqueza porque no ha planteado al jefe del Consell su pretensión de aspirar a presidir la Diputación de Alicante. Un objetivo que, por otra parte, colisiona con la voluntad del presidente de la Generalitat que apuesta por la continuidad de Luisa Pastor, si la aritmética electoral permite al PP mantener la Diputación de Alicante.

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Respecto a Rus, los afines a Fabra cuestionan su doble rasero a la hora de exigir a Fabra que se ponga reivindicativo ante el Gobierno central y, por otra parte, cuestionar la autoridad del presidente del PPCV y reclamar en Génova su sustitución.

Para los próximos a Rus, presidente provincial de Valencia, Fabra ha dividido y enfrentado al partido por lo que no debería ser nominado como candidato a la presidencia de la Generalitat. Una opinión que también empieza a calar en el entorno de Ciscar.

En este contexto, el pulso entre Fabra y los barones provinciales ha terminado por colocar en una posición subsidiaria a la coordinadora general del PP y consejera de Infraestructuras, Isabel Bonig, que ayer no fue invitada al almuerzo y que se ha visto eclipsada en las reuniones con las agrupaciones locales del PP por el propio presidente de la Generalitat.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que no fue invitada al almuerzo y que está alineada con Rus, también se negó ayer a apoyar la candidatura de Fabra a la presidencia de la Generalitat. “Está dicho por pasiva y activa, por parte del PP nacional, que la elección de candidatos tiene un calendario que todavía no ha llegado”. Barberá aseguró que apoya la gestión del Consell que preside Fabra con su voto en las Cortes pero matizó que ello no significa “que se haga una traslación de ese apoyo a cuestiones individuales”.

Ahora falta por ver si la tregua soporta las tensiones internas hasta las designación de candidatos que tendrá lugar en enero o febrero del próximo año.

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