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Feijóo atribuye a las familias la caída del uso del gallego entre los niños

l presidente desvincula el retroceso del idioma propio de su política lingüística

Xosé Hermida
Alberto Núñez Feijóo, tras el Consello de la Xunta
Alberto Núñez Feijóo, tras el Consello de la Xuntaconchi paz

Alberto Núñez Feijóo rechaza cualquier responsabilidad en la fuerte caída del uso del gallego entre los más jóvenes detectada por la última encuesta del Instituto Galego de Estatística (IGE). Para el presidente de la Xunta, el retroceso del idioma propio de Galicia no se puede atribuir a su cuestionada política lingüística, que a partir de 2009 acabó con la discriminación positiva del gallego en las aulas implantada por el anterior Gobierno bipartito, sino a factores como la educación dentro de las familias o a los movimientos demográficos que tienden a agrupar la población en los grandes núcleos urbanos. “Antes se hablaba castellano en el colegio y gallego en casa, pero ahora está sucediendo al revés”, argumentó ayer Feijóo tras el Consello de la Xunta.

 Frente a la alarma que han suscitado los datos del IGE entre los grupos en defensa del gallego, el presidente se esforzó por sacar algunas conclusiones positivas. La primera, que “pese a la globalización y a la apertura al mundo de un pueblo de menos de tres millones de habitantes, el gallego sigue siendo la lengua mayoritaria”. Y la segunda, “una ruptura en la trayectoria de descenso del monolingüismo en gallego registrada entre 2003 y 2008”, es decir, antes de su llegada al Gobierno. El presidente, con todo, admitió que la encuesta ofrece algunos datos “preocupantes”, como que el porcentaje de niños que no habla nunca en gallego haya subido del 30% al 47% en solo cinco años.

En su comparecencia semanal tras el Consello de la Xunta, los periodistas preguntaron a Feijóo si esas cifras no ponen en cuestión su política de “bilingüismo cordial”, pero el jefe del Ejecutivo esquivó cualquier atisbo de autocrítica. Los datos de la encuesta, señaló, muestran que en las aulas se ha logrado el “equilibrio lingüístico” ya que “nunca tantos niños conocieron mejor el gallego”. El problema, según él, es que “conociendo el gallego, después no lo hablan en los ámbitos familiar o de ocio”. Por eso el presidente insiste en que su Gobierno está cumpliendo con el objetivo de “preservar el gallego” y que ahora es necesario “hacer partícipes a las familias para que transmitan a sus hijos la importancia de que lo hablen fuera de la escuela”.

El análisis de Feijóo se extendió también a la demografía, al resaltar que antes la mayoría de la gente “nacía en villas o pueblos” mientras que ahora “el 60% de la población se asienta en el entorno de la autopista del Atlántico”, un ámbito urbano con otros usos lingüísticos. Para el presidente de la Xunta, la situación del gallego no es muy diferente de la de “idiomas propios de otros lugares donde conviven con lenguas universales como el inglés o el español”.

Frente a las interpretaciones de Feijóo, A Mesa pola Normalización Lingüística (MNL) señaló ayer que los datos revelan la “progresiva sustitución del idioma propio de Galicia”. A Mesa criticó la “política irresponsable” de la Xunta y pidió el cese del conselleiro de Educación, Jesús Vázquez. Además, anunció que elevará una denuncia ante la ONU y la Unesco contra los gobiernos español y gallego por no poner en práctica “políticas activas en defensa del idioma”.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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