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El relevo cumple 20 años

500 soldados y cien caballos intervienen en la ceremonia del vigésimo aniversario del cambio de la Guardia Real frente a Palacio

Relevo de la Guardia Real en el Palacio Real.
Relevo de la Guardia Real en el Palacio Real.álvaro garcía

El Palacio Real de Madrid, el recinto áulico más grande y lujoso de la ciudad, vivió ayer una jornada memorable. Y marchosa. Con una parada militar solemne, amenizada con música, festejaba el vigésimo aniversario de la recuperación de la ceremonia del relevo de la Guardia Real. Tan vistoso evento militar, que se realiza los primeros miércoles de cada mes en la explanada de la Armería, consiste en el cambio de las centinelas de garitas y puestos vigilados por la tropa, de a pie y montada, que escolta el perímetro del palacio. Para la ocasión, no obstante, se diseñó un programa, especial y reforzado: 500 infantes, hombres y mujeres; cien caballos; más una batería con cuatro cañones Schneider y abundante fusilería Mauser, que hicieron fuego de salvas al aire. Mientras, danzaban los alegres y briosos sones de la Unidad de Música de la Guardia Real, ante un público devoto y muy numeroso.

Un preludio musical precedió a la ceremonia poco antes del mediodía. Desde la cercana plaza de Ramales, la formación militar que dirige el coronel Enrique Blasco Cebolla interpretó distintos pasacalles, mientras marchaba hacia la plaza de Oriente. Allí, tras amenizar la parada y adentrarse en la Armería, reemprendió su actuación a la culminación del acto del relevo, para rubricarlo mediante la interpretación de un surtido florilegio, con música de famosos filmes incluida.

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Sobre la plaza de la Armería, que se extiende ante la fachada meridional del Palacio Real, los efectivos desplegados entre la guardia entrante y la saliente, un tercio de ellos mujeres, unos y otras ataviados con uniformes azules y tocados por el característico ros rematado por un plumerito, protagonizaron el desfile.

Hasta 24 infantes fusileros realizaron un ejercicio denominado tatoo, de origen holandés, pero publicitado por los colegios militares estadounidenses. Con gran habilidad, los fusileros agitaron acompasadamente sus armas con molinetes, apuntamientos, intercambios y volteos, que causaron asombro en los asistentes.

Cuatro piezas de artillería sobre armones, pertenecientes a la denominada Batería Real, arrastradas por caballos hispanobretones de gruesas patas, evolucionaron por la plaza, así como el Escuadrón de la Guardia Real que, con sus cien lanceros y coraceros de cascos emplumados a la usanza germana, pinkelhaube, también llamados llorones, lució sus atuendos metálicos, petos y espaldares, con sus lanzas rematadas por banderolas y, sobre todo, sus disciplinados y piafantes corceles, todos ellos de pura raza española. Consiguieron sobre el terreno cuidadas simetrías, en armonía perfecta con las órdenes de sus jinetes. Con sus monteras de tres picos, un piquete del cuerpo de alabarderos, al que se encomienda la vigilancia interior de palacio recordaba que el duque de Ahumada militó en sus filas.

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La exhibición de la ceremonia del relevo de la Guardia Real le fue sugerida a las autoridades en 2007 por la Cámara de Comercio que, inspirada en los cambios de centinelas que tradicionalmente se celebraban en los palacios reales de Londres, Copenhague y Atenas, propuso escenificarlos en el Palacio Real de Madrid.

La Cámara de Comercio propuso recuperar el acto militar en 1994

Para reanudar en Madrid la ceremonia del relevo se decidió en noviembre de 1994 recobrar, todos los miércoles en ceremonia ordinaria y los primeros miércoles de cada mes en acto solemne, la tradición del cambio de la Guardia en Palacio Real a la usanza de la vigente en tiempos de Alfonso XII y de su hijo Alfonso XIII. Y ello con los atavíos y pertrechamientos propios de la real escolta actuante entonces y que perduró hasta su cancelación en 1931. Fue a partir de 2007 cuando la ceremonia del relevo se solemnizó con la intervención previa y ulterior de la Unidad de Música, y la evolución de jinetes e infantes sobre la plaza de la Armería, evento que congrega a muy numeroso público así como capta gran interés por parte de turistas. Y ello pese a que la Guardia real española es la más veterana de Europa, ya que se remonta al cuerpo de 50 hombres formado por Fernando el Católico en 1504.

El relevo propiamente dicho consiste en la sustitución de los vigilantes que permanecen cada media hora haciendo guardia a pie en distintas garitas que jalonan los accesos al palacio y cada hora, el de los de a caballo que custodian el acceso principal por la puerta versada hacia la plaza de Oriente. A diario, vigilan el perímetro de la mansión regia unidades de la Guardia Civil.

Al concluir la parada, la Unidad de Música acometió la interpretación del pasodoble Sierra de Gador, las marchas Los voluntarios, del Ejército de Tierra, Pilotos en vuelo, del l Aire, Girando a barlovento, de la Armada, así como otras del mundo del cine.

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