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Comer y beber
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Ópera ‘al dente’

El chef catalán Ramón Freixa, triunfante en la capital desde 2009 con su restaurante homónimo en el hotel Único, salta ahora al escenario gastronómico del Teatro Real

Rosa Rivas
Ramón Freixa.
Ramón Freixa.

Ramón Freixa se está comiendo Madrid. El chef catalán, triunfante en la capital desde 2009 con su restaurante homónimo en el hotel Único (dos estrellas Michelin y tres soles Repsol), abrió el pasado verano Arriba, un coqueto rincón de cocina informal en Platea Madrid. Y del bistró de este multiespacio gastronómico en un antiguo cine restaurado, el cocinero barcelonés madrileñizado salta ahora al escenario gastronómico del Teatro Real. Tras un concurso público, el coliseo le ha encomendado a Freixa durante cinco años prorrogables la responsabilidad de la comida que se ofrezca durante los espectáculos.

Para ello, el cocinero cuenta con Life Gourmet de compañero de reparto. Esta empresa (con cocinas centrales en Boadilla) de catering para eventos y food styling (estilismo culinario) presta servicio en lugares como el Santiago Bernabéu, Finca La Chopera o Las Alhajas Palacio.

El montaje de la obra de Benjamin Britten Muerte en Venecia, que se estrena el 4 de diciembre, será la primera ocasión de demostrar si los espectadores mueren de gusto, que no de hambre, durante los largos espectáculos operísticos.

Para Freixa, amante del diseño y las manifestaciones artísticas, en cuyas propuestas culinarias incluye juegos visuales, aromáticos y de texturas, la creación de menús teatrales es “todo un reto”. Porque no sólo se servirán tapas y bocados rápidos en los entreactos y antes de las funciones en las barras y la cafetería del Café de Palacio. En el antiguo salón de baile del Real se organizarán noches gastronómicas diversificadas según se trate de espectáculos de danza, ópera o conciertos. Freixa diseñará un menú de acuerdo a las características de las artes escénicas.

En este caso, el público tendrá que reservar hasta cuatro horas antes de la función, y al término de ella no se tendrá que ir a casa con el estómago vacío rugiendo en sol mayor. Según Freixa, tanto en la ejecución de un menú como de un espectáculo se busca la digestión de un momento feliz. “Cada secuencia de mi cocina explica una historia. Y toda historia comienza por el principio, cuando se abre el telón y los focos iluminan un punto concreto del escenario”, afirmaba el chef premonitorio en su tercer libro, Secuencias.

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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