Mampel pide políticas para que la agricultura sea un oficio digno
La Unió de Llauradors culmina su XIII Congreso reeligiendo a su secretario general Personalidades de diferentes estamentos sociales elogian la labor de la organización
En un acto —el cierre de su XIII Congreso— que sirvió para escenificar el peso de la Unió de Llauradors i Remaders en la sociedad valenciana, la organización agraria dio ayer un espaldarazo a la labor de su secretario general, Ramón Mampel (Traiguera, 1952), y le reeligió para su segundo mandato. Representantes del cooperativismo, los sindicatos y el mundo rural en general, pero también de la sociedad, la economía y la clase política, hicieron acto de presencia en el Hotel Olympia, en Alboraia.
Después de la votación y de los homenajes a media docena de veteranos agricultores y ganaderos, la Unió se dejó adular en los discursos (rápidos, eso sí, pues la ceremonia iba con retraso). Pronunciados por propios y extraños, en valenciano y en español, ensalzaron, uno detrás de otro, la “utilidad”, la “eficacia”, la “independencia” y la “terquedad” de esta institución de 38 años de antigüedad a la hora de defender los intereses del sector.
Así, pasaron por el estrado el presidente de la Unión de Uniones, José Manuel de las Heras, Joan Caball, de la catalana Unió de Pagesos, Daniel Matoses (CSIF), Vicent Mauri (Intersindical), o Paco Molina (Comisiones Obreras), entre otros. Todos con palabras de elogio a la Unió y alguna mención a los retos a los que se enfrenta el campo de hoy: la necesidad de evitar abusos en los precios que imponen las grandes cadenas de distribución y la necesidad de democratizar las instituciones agrarias.
Ximo Puig (PSPV), Amadeu Sanchis (EUPV), Enric Morera (Compromís) o Isabel Bonig (PP) hablaron también, mientras que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, dio el discurso de clausura.
Mampel animó a reducir costes, producir con más calidad y sostenibilidad, abriendo nuevos mercados y mejorando la seguridad alimentaria. Pidió, asimismo, políticas “para que nuestros hijos no tengan vergüenza de decir que sus padres son agricultores y que en el futuro puedan dedicarse a ello con la misma dignidad que cualquier otro oficio”.
