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Irujo sofoca el incendio a tiempo

Primer finalista del torneo del Cuatro y Medio al remontar un partido rocoso (22-16) ante Bengoetxea VI

Una progresiva recuperación mediado el partido y unos errores puntuales de su rival, Bengoetxea VI, han colocado a Juan Martínez de Irujo en la final del torneo de mano del Cuatro y Medio (22-16). Pero media hora antes de que acabara este duelo trepidante, estajanovista, ni se imaginaba un desenlace tan holgado y feliz. Ha necesitado de toda una voltereta entre la emoción contenida del frontón Bizkaia, que ha presentado su cara renovada.

Hasta de un 0-6 ha dispuesto el combativo Oinatz Bengoetxea en el arranque de esta sofocante semifinal. Era la conclusión directa de que la sorpresa le ha estallado de salida en la cara a un sorprendido Irujo. Con un juego frenético, a una velocidad propia de arrasar con las piernas hercúleas, Bengoetxea VI se ha ido con autoridad ante un rival patético entonces, sin guión que oponer y superado por el vendaval.

Sin convicción, sin posición en la cancha para enderezar su juego, Irujo se buscaba a sí mismo ante la desesperación de Patxi Eugi, su inseparable botillero, que no tenía estrategias que inventar. Bengoetxea, ágil y puntillero, se sabía con el duende, buscaba el dañino espacio de la pared izquierda y resolvía con prestancia. Con esta tarjeta, ha ido mandando con soltura (7-11) hasta el determinante ecuador del partido (12 iguales).

Ha sido a partir de aquí donde ha llegado la catarsis de Irujo. Más asentado, quizá en una mejor forma física que el contrario a pesar de su permanente queja de las semanas que llevaba sin jugar al Cuatro y Medio, el kamikaze navarro se ha entonado. Ha empezado a mandar en el marcador y entonces sus seguidores han entendido que empezaba a sofocar de una vez el incendio en el que llevaba atrapado demasiado tiempo.

La final se disputará el 14 de diciembre, en principio. La tercera del año para Irujo

En su recuperación se ha encontrado, además, con errores puntuales del contrario. Bengoetxea VI tardará en olvidar la oportunidad de que ha dispuesto para colarse en una final, precisamente en el año de su vuelta a las canchas. Pero no ha apartado la cara en ningún momento, incluso cuando la balanza estaba a punto de decantarse. Basta recordar el 18-15 donde ha cruzado desde el ancho una dejada que todavía Irujo trata de encontrar.

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Ya era tarde para añoranzas. Irujo no suelta la presa cuando muerde en este tipo de duelos. Mucho más confiado, consciente del golpe moral que estaba infringiendo a su contrario, se ha ido en el marcador. Le ha vuelto a acompañar algún tanto de impotencia de Bengoetxea VI, lógico en la fase de desencanto por la que venía atravesando. Así, hasta el final con una excesiva diferencia porque no refleja los méritos de cada uno.

En pleno debate sobre el sistema de competición de este torneo, la semifinal del Bizkaia clama por el doble partido cuando se trate de dilucidar el finalista. Bengoetxea VI dispondría así de una segunda oportunidad que se merece. Irujo aprovecharía la ocasión para afinar su  momento, convencido de que siempre le acaba esperando la lucha por un título. Ahora espera que le digan la fecha, posiblemente el 14 de diciembre. Su tercera final en un año.

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