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El retrato atípico del mejor estudiante de Ken Bain seduce a la Universitat

El profesor americano es un 'best seller' de la educación que será investido 'honoris causa' el viernes

El profesor Ken Bain ultima la firma de ejemplares de sus libros en la Universidad Politécnica de Valencia
El profesor Ken Bain ultima la firma de ejemplares de sus libros en la Universidad Politécnica de Valencia

El profesor Ken Bain, rector recién jubilado de la Universidad del Distrito de Columbia en Washignton, ha vendido medio millón de ejemplares de las distintas ediciones de su libro Lo que hacen los mejores profesores universitarios (Publicaciones de la Universitat de València, PUV, 2007) y 100.000 de Lo que hacen los mejores estudiantes de la universidad (PUV, 2013). De éstos últimos, 15.000 de la edición en castellano publicada por la universidad valenciana, que lo investirá doctor 'honoris causa' el próximo viernes.

Eran datos que destacaba su traductor, el profesor de la Facultad de Magisterio Óscar Barberá, que ayer lo presentó en la Universidad Politécnica de Valencia, como conferenciante del acto inaugural del XV Congreso Internacional de la Sociedad Española de Didáctica de la Lengua y la Literatura, presidido por los dos rectores y con un paraninfo lleno. Bain es un auténtico 'superventas', que firmó numerosos ejemplares de su último libro a la salida.

"Yo sabía que las mejores notas no definen a los estudiantes que han desarrollado un aprendizaje más profundo", ha aclarado al explicar de la génesis de su última obra, así como tampoco "los que ganan más dinero". Bain se fijó en gente que era "muy creativa", y reconocida por sus logros como tal, de diversas ramas del saber, ciencias o letras, economía o agricultura, periodismo o danza y seleccionó a 35 que, además, habían cambiado la naturaleza del área en que habían actuado sustancialmente, parea entrevistarlos y saber cómo habían aprendido a ser productivos y creativos.

Gente como Jeffrey Hawkins, que "inventó los teléfonos inteligentes" y que como estudiante nunca estuvo entre los mejores de su clase aunque sacara buenas calificaciones. Hawkins le explicó a Bain que se hizo cuatro "preguntas fundamentales" al entrar en la universidad, entre ellas por qué existe algo o por qué hay vida. Nada menos. Desestimó tres de ellas y optó por la que consideró más a su alcance: "Por qué tenemos un tipo de inteligencia específico y cuál es la naturaleza de nuestra inteligencia".

El profesor norteamericano, actualmente presidente del Best Teachers Institutte de Nueva York, ilustra con este ejemplo la primera de las conclusiones relevantes que recorren su libro, Premio Virginia and Warren Stone 2012 de la Universidad de Harvard. A saber, esos buenos estudiantes "simplemente vinieron a la universidad con un propósito profundo".

La segunda idea tiene que ver con la motivación, que buscaron "en sí mismos, más que afuera", más incluso que en el propio sistema educativo. Y lo hicieron de diversas formas, para en lugar de ver la educación una oportunidad de aprender nuevas materias, abordarla como una vía para "desarrollar el potencial creativo de su propia mente". A Bain le gusta subrayar "el poder dinámico de la mente". Estos buenos estudiantes se consideran "únicos" y ven únicos a los demás, son capaces de detectar las buenas ideas de los otros y se atreven a desarrollar ideas propias que nadie más puede desarrollar de igual forma. "Y no necesitan aparecer como eruditos o sofisticados".

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Una tercera idea compartida, tan "sencilla" -como reconoce Bain- como "poderosa" está relacionada con aprender a aceptar el fracaso y "beneficiarse de él". Esta gente tiene una "mentalidad, una inteligencia flexible", que viene a ser lo contrario de "una inteligencia con la que naces y nunca cambia". Bain cree que esta mentalidad puede condicionarse, por ejemplo, con las "alabanzas constantes" de padres a la inteligencia del hijo, que puede tender a desarrollar "una inteligencia fija".

Saber "consolarse a si mismos" está también entre las actitudes encontradas en quienes fueron los mejores estudiantes universitarios. ¿Cómo? Siendo amable con uno mismo en los errores para no quedarse atrapado en ellos, o no aferrándose a momentos de grandes dificultades o tragedias de la vida. También poseen la conocida capacidad de diferir la gratificación, tener tiempo de espera; la capacidad de "reflexionar sobre su propio pensamiento" y, cómo no, la de aprender a estudiar bien. Entre las técnicas de estudio más frecuentes, Bain ha citado dos. Una, que alguien te pregunte por un tema en lugar de repetirlo. Otra, mejor estudiar 35 minutos cada tarde que seis horas el fin de semana. "Muchas veces", ha añadido, "estudiaban como si se estuvieran preparando para enseñar a otra persona".  

Dónde queda el profesor en los hábitos, actitudes y propósitos de estos estudiantes extraordinarios, aunque no necesariamente por estar entre los mejores expedientes de su promoción, le preguntamos al terminar y Bain nos remite a su primer libro, que trata sobre "la habilidad que necesita el profesor para conseguir que los alumnos formulen las preguntas importantes que conducen a un aprendizaje profundo, para que se puedan desarrollar como personas productivas y creativas". 

Con la democratización de la enseñanza, apostilla, creció el número de estudiantes que "no son capaces de formular esas preguntas y actúan como si fueran receptores de un desfile de hechos que deben recordar para un examen". ¿Y qué hacen las instituciones para favorecer la producción de buenos profesores y buenos estudiantes? "De alguna forma", responde Ken Bain, "es de lo que hablan los dos libros, de crear el ambiente adecuado para alcanzar un aprendizaje verdadero, que tiene poco que ver con la manera tradicional de ver al profesor, como alguien que recita conferencias a los estudiantes".

"Como explica Donald Finkel en su libro Enseñar con la boca cerrada", añade en referencia a un libro también publicado en castellano por la Universitat de València, "aunque la enseñanza puede incluir el diálogo, no es su esencia; la esencia del verdadero aprendizaje es dotar a los alumnos de capacidad para responder las preguntas y proveer de recursos que les permitan hacerlo".

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