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‘Chorizada’ en Bellvitge contra los recortes en sanidad

Vecinos del Baix Llobregat culminan una manifestación en favor de la sanidad pública con un almuerzo ante las puertas del hospital

Las dos columnas de manifestantes concluyeron ante la puerta principal del hospital de Bellvitge.
Las dos columnas de manifestantes concluyeron ante la puerta principal del hospital de Bellvitge. JUAN BARBOSA

Los gritos insaciables de "No hay pan para tanto chorizo", retumbaban con fuerza esta mañana por las calles de L'Hospitalet y El Prat de Llobregat. Alrededor de unos 700 vecinos de la comarca del Baix Llobregat -llegados desde Viladecans, Gavà, Castelldefels, Sant Boi, L'Hospitalet y El Prat- confluían a mediodia ante las puertas del hospital de Bellvitge para celebrar una gran chorizada tras la marcha cívica organizada contra los recortes presupuestarios que asuelan la sanidad catalana desde los primeros tijeretazos ejecutados por el consejero Boi Ruiz en 2010. Una columna de unos 700 manifestantes -según los agentes de la Guardia Urbana que vigilaban la marcha- recorrió a pie el tramo que separa la plaza del Ayuntamiento de L'Hospitalet hasta el hospital de Bellvitge, donde esperó con cánticos de "La sanidad no se vende, se defiende", a la otra columna que arrancó también a media mañana desde el Prat. 

De chorizos seguía yendo la cosa cuando los vecinos de El Prat llegaron a Bellvitge. Alrededor de la puerta principal del hospital, decenas de choricitos de papel con nombres propios y fotos de los dirigentes políticos colgaban a modo de tendal sobre una cuerda amarrada a las farolas del jardín. "Nuestro sistema sanitario se está viendo seriamente amenazado por la disminución de presupuesto y la intención de privatizarlo todo", denunciaba Miguel Mansergas, portavoz de la Federación de Vecinos de L'Hospitalet durante la lectura del manifiesto. "Estamos ante el desmantelamiento del sistema sanitario publico", concluía el vocero de los vecinos del Prat, Antonio Moreno.

Casi desgañitándose, desafiando con el megáfono a una afonía galopante, Félix Maestre, vecino de Castelldefels, tomaba la palabra y desataba los aplausos de la multitud al pedir que la gente dijese "basta, de una vez por todas, a los recortes". Los manifestantes han exigido a las instituciones sanitarias el cese "de las derivaciones de pacientes hacia centros privados, que se recuperen los facultativos y especialistas en todos los centros de atención primaria y que el dinero público se dedique exclusivamente a los centros públicos".

Además, el hospital de Bellvitge recibió una mención especial cuando los concentrados clamaron para que se abran todas las camas, quirófanos, consultas y servicios del centro sanitario cerrados durante los últimos años. El complejo hospitalario, perteneciente al Instituto Catalán de la Salud (ICS), vivió hace apenas seis meses uno de sus veranos más convulsos después de que la gerencia del hospital informase de que el centro contaría con 220 camas menos durante la temporada estival. Con las urgencias colapsadas y pacientes esperando varios días una cama libre para ser ingresados en planta, los usuarios y trabajadores tomaron las riendas de la revuelta y se amotinaron durante varios días en las plantas para evitar que se cerrasen más camas

La chorizada de los vecinos del Baix Llobregat ha rematado con un almuerzo gratuito para todos los participantes a base del embutido más mentado durante la mañana. Los organizadores, que se quedaron cortos pronosticando el poder de convocatoria, repartieron unos 400 bocadillos de chorizo y unos refrigerios entre los manifestantes para cerrar la jornada cívica.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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