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Desmantelada una trama vinculada al mercado negro de fármacos

La presunta red sustraía medicamentos de la distribuidora Cofares en Aldaia La mayoría de los detenidos son empleados de la empresa

La Policía Nacional ha desarrollado una operación contra una red acusada de robar medicamentos de una gran cooperativa de distribución, el almacén de Cofares situado en Aldaia (Valencia), para traficar con ellos en el mercado negro. Fuentes judiciales han trasladado a este diario que se les imputa delitos de hurto y pertenencia a organización criminal, y que los presuntos miembros de la organización están prestando declaración hoy viernes. Los medicamentos sustraídos ascienden a una cifra que, al menos, ronda los 300.000 euros.

La mayor parte de las personas relacionadas con estos hechos son empleados de la cooperativa de distribución, tanto trabajadores del almacén como conductores de las furgonetas de reparto de los medicamentos, según ha admitido la propia compañía mayorista. Entre los imputados hay ocho trabajadores de Cofares, un exempleado y otros cuatro trabajadores de empresas externas. 

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Esta operación se produce tras una sucesión de intervenciones de la Guardia Civil relacionadas con la exportación ilegal de medicamentos, y el desmantelamiento de la presunta red más importante identificada hasta el momento en España, en la que la Guardia Civil y un juzgado de Teruel investigan el papel clave que tenía el comercial de otra gran distribuidora, Alliance Healthcare.

La mayor parte de los productos que acaparaban los empleados de Alcofarsa (el almacén de Cofares en Aldaia, eran fármacos de venta sin receta (paracetamol, ibuprofeno), además de productos sanitarios (pañales) y otros artículos como leche infantil o cremas hidratantes. Solo el 15% restante, según la empresa, se trataba de productos con problemas de abastecimiento y, por ello, especialmente atractivos para el comercio con el extranjero. Es el caso de Lyrica, que se administra para tratar la epilepsia y el trastorno de ansiedad, entre otras patologías. No hay evidencias, de momento, de que la principal actividad de la organización fuera el desvío de medicamentos al extranjero.

El golpe policial que comenzó el miércoles de madrugada es consecuencia de una investigación que arrancó hace unos siete meses. Hace un año, Cofares comenzó a sospechar que le faltaba género, según indica una portavoz de la empresa. En abril, lo denunció a la Policía al confirmar las suposiciones. El seguimiento a los trabajadores diseñado por los agentes así como los responsables del almacén, que ha incluido grabación con cámaras y escuchas, ha desembocado con la identificación de los trabajadores y conductores (algunos de la empresa, otros de contratas) presuntamente implicados.

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